Súper Rugby: cómo fue que Jaguares cambió su imagen y se graduó de equipo
La metamorfosis que atravesó Jaguares en la gira por Oceanía se asemeja a la del adolescente que luego de finalizar sus estudios emprende un viaje iniciático y regresa a casa hecho un hombre. Partió con un sólido aprendizaje sobre sus espaldas pero el bolso cargado de dudas y regresa un mes más tarde con un máster en Súper Rugby grabado en la frente. En la remota Rotorua, Jaguares se graduó de equipo.
Luego de la victoria 23-19 ante Chiefs en la madrugada del viernes, el Súper Rugby mira con otros ojos a Jaguares. No es más la cenicienta del certamen, ese equipo duro y atrevido pero vulnerable psíquicamente, que fallaba en situaciones límite y se caía en las instancias finales. Que tenía "miedo a ganar", como decía de Mario Ledesma. El furioso crecimiento de la franquicia argentina permite confiar en que lo mejor está por venir. Que para el próximo partido, dentro de dos semanas ante Bulls, Vélez vuelva a ser un hervidero como en aquellos dos partidos iniciales de 2016. Que el entusiasmo se prolongue a la hora de ponerse la camiseta de los Pumas de cara a la cercana serie internacional de junio. Que se mantenga en la pelea por entrar en los playoffs hasta el final, más allá del desenlace.
Jaguares vuelve de la gira por Australia y Nueva Zelanda con cuatro victorias en cuatro partidos. Antes de partir, algo impensado por los antecedentes de años anteriores y por la irregularidad del equipo en 2018. Una irregularidad que, no obstante, dejaba entrever signos positivos: sábado a sábado y pese a las derrotas (5 en los primeros 7 partidos), el equipo mostraba mejorías. Cuando hizo clic, nada lo detuvo.
El mayor mérito del nuevo staff, con Ledesma a la cabeza, es el de haber dotado al plantel del equilibrio mental que se necesita para jugar en el máximo nivel del rugby. A partir de allí, Jaguares no solo ha logrado hacer pie y tener un piso de rendimiento, algo que le costaba horrores en los dos años previos, sino que, más importante, fue asentándose progresivamente en los distintos aspectos del juego. Recuérdese cómo en los primeros partidos era vulnerable en defensa y frágil en las formaciones fijas, por ejemplo. Ante Chiefs, el tackle fue el pilar sobre el que se construyó la victoria y el line-out defensivo funcionó como un reloj.
En las dos experiencias previas, la gira que marca el meridiano de la temporada fue una bisagra para Jaguares: 4 derrotas en 4 partidos en 2016 en Nueva Zelanda y Japón y 3 de 3 en 2017 en Sudáfrica derrumbaron anímicamente a un equipo que había comenzado relativamente bien. Lo mismo cabe esperarse 2018, pero a la inversa.
Cabe preguntarse cuál es el techo de un equipo que semana a semana quiebra sus propias limitaciones, se deshace de antiguos complejos y da pasos agigantados en el juego. El Mundial de Japón es el gran objetivo de este grupo de jugadores, aunque todavía parece aventurado proyectarse hasta 2019. ¿Los playoffs? Una meta palpable, que puede traccionar como catalizador pero que no debe tomarse como fin en sí mismo. El gran desafío de Jaguares es crecer partido a partido hasta alcanzar su máximo potencial. Lo primero está en marcha. Para lo segundo, afortunadamente, falta mucho.
Ante Chiefs, Jaguares volvió a padecer ese miedo escénico, prueba de que tiene margen para crecer. A los 10 minutos del segundo tiempo, en ventaja 20-12 y con dos jugadores de más, tuvo todo para liquidar el pleito, pero dos veces las puertas del try se cerraron en las narices por errores propios. La buena noticia es que esos lapsus son cada vez más breves y, sobre todo, tiene la fortaleza mental para sobreponerse a ellos y reencauzar su juego simple pero sólido y efectivo. Tal es el mayor mérito de Ledesma.
Hasta los árbitros los miran con otros ojos. Condenados a ser dirigidos por referís de la nacionalidad del rival de turno cuando juega de visitante, Jaguares siempre padecía en los fallos 50 y 50. Mike Fraser, en cambio, no titubeó en amonestar a dos Chiefs consecutivamente, cobró un try-penal a favor al primer derrumbe de maul y anuló uno en contra por un dudoso knock-on, previa consulta con el TMO.
Fue el triunfo más significativo de Jaguares. Por el tenor de Chiefs, por ser el 4° partido de una gira extenuante, por ser la primera vez que alcanza cuatro éxitos consecutivos y hasta por el hecho de haber incluido en el segundo tiempo a dos jóvenes debutantes: el back Juan Cruz Mallía y el pilar Santiago Medrano, ambos de 21 años, integrantes del equipo de Pumitas que fue tercero en el Mundial de 2016. Pero sobre todo, por toda la implicancia que tiene para el futuro.
Alcanza un dato para comprender la relevancia de la victoria de ayer. Chiefs, el equipo más regular de las últimas seis temporadas en el Súper Rugby, el único que accedió a los playoffs en cada una de ellas, no perdía como local ante un equipo extranjero desde 2014. ¿El verdugo? Waratahs, que luego sería campeón.
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