Abierto de Australia: el día que los jugadores estuvieron cerca del colapso por la temperatura extrema

MELBOURNE.- Luego de varios días relativamente agradables, el Abierto de Australia se convirtió en el infierno. La temperatura alcanzó los 39° y puso en riesgo el físico de los tenistas y hasta de los espectadores –muchos de ellos, pese a tener entradas para los estadios principales, se resguardaron en la sombra de los jardines del Melbourne Park o en los pasillos con aire acondicionado del Rod Laver Arena. Gael Monfils fue, probablemente, el jugador que más cerca estuvo del desmayo. El francés y Novak Djokovic jugaron 2h45m y el serbio triunfó por 4-6, 6-3, 6-1 y 6-3, pero la atención estuvo en la reacción de cada uno de ellos ante el asfixiante ambiente. “Estuve cerca del colapso”, confió el francés.

Hablé con el umpire y le dije que si no podía tomarme más de 25 segundos entre punto y punto me iba a desmayar

“No importa cuánto te entrenes en el calor, cuánto te guste el calor. Esto que vivimos es muy duro. Se hacía difícil respirar. Estuve muy mareado. Hablé con el umpire y le dije que si no podía tomarme más de 25 segundos entre punto y punto me iba a desmayar”, explicó Monfils, de 31 años. Pero el árbitro australiano John Blom fue muy estricto y no se lo permitió. Djokovic también opinó el mal momento que vivieron en el Rod Laver Arena: “Las condiciones fueron brutales. Cuando te enfrentas a estas condiciones también te afecta mentalmente. Fue un gran desafío para ambos poder seguir en la cancha”.

Las normas del torneo establecen que el árbitro del encuentro puede aplicar la denominada regla de calor extremo cuando la temperatura ambiente supere los 40 grados y el índice WBGT (Wet Bulb Globe Temperature), que combina algunos factores como la humedad, el viento y la radiación solar, sobrepase los 32,5. Al darse esta situación, el juez puede suspender el partido o activar el techo retráctil (Australia ostenta tres estadios con ese beneficio). Pero los oficiales del torneo entendieron que no era necesario hacerlo.

El italiano Fabio Fognini , que avanzó a la tercera rueda al derrotar a Evgeny Donskoy por 2-6, 6-3, 6-4 y 6-1, no recordó haber jugado con una situación tan extrema. “La verdad que no me acuerdo haber jugado con tanto calor. En Argentina la pasamos mal también, en una Copa Davis en Mar del Plata en enero o febrero de 2014. Pero tanto, tanto como acá, no. Es muy difícil jugar con estas temperaturas. Cuando se juega así hay que tomar mucho líquido, comer durante los cambios de lado y refrescarte todo lo que puedas. Yo, que sudo poco, he sudado muchísimo en este partido. No sé qué tiene que pasar para que el partido se detenga, porque muchos jugadores terminan acalambrados y no le sirve a nadie”, apuntó el jugador entrenado por Franco Davin.

Muchos espectadores protestaron en las redes sociales y consideraron excesivo que la jornada continuara con normalidad, lo que impulsó al torneo a brindar explicaciones en Twitter. “La salud de nuestros jugadores es una preocupación fundamental y estamos monitoreando las condiciones en forma permanente. Esperemos que refresque un poco”, señaló el tuit, que reiteró los criterios objetivos establecidos para aplicar la regla del calor.

El pronóstico en Melbourne no es para nada auspicioso, al contrario. Se espera que la sensación térmica alcance los 42°. Frente a ese panorama parece difícil que los partidos no sufran interrupciones. Caso contrario, la polémica aumentará. Y, lo más preocupante, la salud de los jugadores estará en riesgo. Las autoridades deberían proteger a los protagonistas y por ahora no lo han hecho.