Argentina Open: Federico Delbonis le puso fin a la racha inolvidable de Juan Manuel Cerúndolo
En el duelo de zurdos, se impuso el jugador más experimentado y avanzó a la segunda rueda en el torneo de Buenos Aires; su próximo rival será el serbio Djere
El circuito grande no da respiro. El porteño Juan Manuel Cerúndolo (19 años) maravilló y conquistó, el domingo por la noche, el trofeo en el Córdoba Open, generando un cimbronazo en el tenis nacional, despertando una fenomenal atención. El lunes por la mañana voló a Buenos Aires, se realizó el hisopado, tras el resultado negativo ingresó en la “burbuja” sanitaria del ATP de Buenos Aires y este martes, sin descanso, en el último turno del court central Guillermo Vilas, debutó en la 21ª edición del Argentina Open. Pero, en un desafío entre zurdos, Federico Delbonis (80°) le cortó el invicto: se impuso por 6-4 y 7-6 (7-2), en 1h44m. Este miércoles, por los octavos de final, el azuleño se medirá con el serbio Laslo Djere, 60° y campeón del ATP 500 de Río de Janeiro 2019.
En un contexto convencional, teniendo en cuenta que el partido enfrentaba al ganador del histórico quinto punto en la final de la Copa Davis 2016 entre la Argentina y Croacia en Zagreb y el precoz campeón de ATP, el estadio hubiera lucido un marco efervescente. Sin embargo, por el protocolo obligatorio en tiempos de pandemia, el torneo redujo la capacidad y sólo 150 espectadores (todos invitados) se sentaron en las butacas del BALTC.
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Eso sí: varios protagonistas del certamen porteño, curiosos por los precoces resultados de Cerúndolo, siguieron el match desde una zona de palcos (uno de ellos, Francisco Cerúndolo, 137° del ranking y hermano de Juan Manuel, que durante la tarde había logrado un destacado triunfo por 6-4 y 7-5 frente a Federico Coria, 85°).
Delbonis, de 30 años, intentó imponer su ritmo desde el inicio y, en buena medida, lo consiguió ante un jugador que, lógicamente, llegó con cierta fatiga después de ganar ocho partidos en forma consecutiva (tres de la clasificación y cinco del cuadro principal). El azuleño le quebró el saque a Cerúndolo en el cuarto game (3-1), pero de inmediato lo cedió (3-2) y Juan Manuel sostuvo su servicio (3-3). Intercambios profundos interrumpidos por un puñado de drops ilustraron un primer set ajustado. Delbonis volvió a quebrar y sirvió 5-3, pero Cerúndolo le rompió el servicio por segunda vez (4-5). Alentado por amigos y familiares, Cerúndolo pareció recuperar la energía para acomodarse en el cierre del parcial, pero mostró más fallas con su servicio (es uno de los golpes que debe perfeccionar), Delbonis le quebró y se adueñó del parcial (6-4).
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Cerúndolo es un optimista. No se amedrentó tras perder el primer set y encaró el segundo con otro oxígeno. Empezó a cometer menos errores y le quebró el saque a Delbonis en el quinto game (3-2). Pero Delbonis, un “veterano” del tour, no se dejó impresionar por la electricidad de una de las mayores promesas del tenis nacional y fue en busca de más: para ganar cada punto tuvo que hacer un enorme esfuerzo por la capacidad defensiva de su rival, pero así y todo consiguió romperle el servicio en el octavo game (4-4). Sin embargo, Cerúndolo, con una destacada capacidad competitiva, no se desmoralizó, empezó a entrelazar golpes con distintas alturas y efectos, hasta quebrarle el saque a Delbonis: se adelantó 5-4 y sirvió para estirar la definición en el tercer set. Pero, pecado de juventud, se apresuró y se mostró inseguro con el saque, escenario que aprovechó Delbonis (5-5). La paridad se mantuvo y llegaron al tie-break, donde Delbonis lució la contundencia que hasta allí no había podido desplegar.
Delbonis no escatimó elogios para su vencido. “A Juanma le deseo la mejor de las suertes. Que chicos nuevos vengan asomando y metan la cabeza es muy bueno. En el tenis argentino siempre nos arreglamos con diferentes tipos de herramientas para salir adelante. ¿Cómo es su juego? Él te genera apuro. Al ser una pared y devolver todo, te hace arriesgar más de la cuenta. Es mérito totalmente suyo. Cuando pude variarle las alturas encontré mis huecos y mis tiros. En el tie-break saqué una ventaja muy rápida. Lo enfrenté y le gané hace un tiempo [NdR: en las semifinales del Challenger de Montevideo 2019; 6-2 y 7-6 (7-4)] y creo que su velocidad de bola con la derecha es lo que más ha evolucionado. Eso le da una pizca de agresividad y con el juego que tiene de contragolpe se hace un rival muy complicado. Le dije que siga así. Tiene que seguir por este camino, más allá de cualquier resultado. Ahora va a tener una presión extra, porque hay más focos sobre él. Le diría que siga entrenando y mejorando, que sume más herramientas y ojalá que dentro de poco sea más completo”.
Después de perder su primer partido en el nivel ATP, Cerúndolo explicó: “Después de la final de Córdoba fui a cenar con mis amigos, me terminé de acostar a las 4 de la mañana, al otro día estuve muerto, llegué a las tres de la tarde al hotel de Buenos Aires, estuve todo el día tirado en la cama, respondiendo mensajes, con el cuerpo cargado, cansado mentalmente. Así y todo quería ganar, porque uno no sabe cuándo va a volver a jugar un ATP. Las condiciones fueron más lentas que en Córdoba, pero me gusta jugar en este tipo de canchas. Estaba un poco cansado, y él jugó bien, le pegó fuerte a la pelota, me cambió los ritmos y desaproveché chances que no había desperdiciado la semana pasada. Quiero ver si entro en el ATP de Santiago ahora”.
La historia recién comienza para el menor de los Cerúndolo, pero el camino se percibe muy prometedor. Vale recordar que hasta hace pocos días ni siquiera poseía partidos del ATP Tour y todo cambió en pocas horas. El court central del Buenos Aires Lawn Tennis Club se quedó con ganas de verlo más tiempo sobre la tierra anaranjada. Cerúndolo ya tendrá tiempo de volver. Mucho tiempo.