Australian Open: las razones de Novak Djokovic para escribir otra página histórica
A los 32 años, Novak Djokovic va por más espacio dentro de un escenario de leyendas vivas que comparte con Roger Federer y Rafael Nadal. El Big 3 que comanda el tenis masculino desde hace más de una década siempre ha estado ahí, en las grandes citas; sobran los dedos de una mano para contar las finales en las que no estuvo ninguno de ellos en el último partido, el que da el pasaporte a la gloria.
Allí está Djokovic, otra vez en la finalísima del Abierto de Australia, su torneo fetiche, después de ganarle a Federer; listo para alzar una vez más la copa Norman Brookes que premia al campeón del primer Grand Slam del año. Una ceremonia que se le ha hecho una dulce costumbre al serbio: ganó las siete finales previas que disputó en el Melbourne Park (2008, 2011, 2012, 2013, 2015, 2016 y 2019). Nadie ganó más veces que él este certamen. Buscará retener el cetro este domingo, frente a Dominic Thiem o Alexander Zverev, desde las 5.30 de nuestro país. Ya no podrá alcanzarlo Federer, que suma seis coronas.
Celebra Djokovic, y con razón. Está también a un paso de volver a ser el número 1 del ranking, una posición que Nadal le arrebató en la recta final del año pasado. Si gana el domingo, volverá a lo más alto y empezará su semana 276° como líder del ATP Tour, muy cerca del segundo escalón histórico que ocupa Pete Sampras (286) y con la mira puesta en darle alcance a Federer, el Top de los número 1 con 310 semanas en la cumbre.
Además de achicar distancias con Federer en el ranking, Djokovic también apunta a la lista histórica de campeones de Grand Slam, que también tiene como líder al suizo con 20 grandes en el bolsillo, seguido por Nadal, con 19. Si Nole festeja el domingo, llegará a 17 títulos de la máxima categoría, con buenas perspectivas para la misión de quedar en lo más alto también en esta tabla. Aquí es cuando podría cobrar más valor aquella final que el serbio le ganó al suizo el año pasado en Wimbledon.
Eso sí: el clásico número 50 entre Djokovic y Federer merecía más emoción, un tinte de épica acorde a la historia de sus protagonistas y a la trascendencia de una etapa como lo son las semifinales de un Grand Slam. Disminuido físicamente por una molestia en la ingle derecha, el suizo pensó seriamente en no presentarse, pero se aferró a una chance mínima; lo intentó, pero perdió por 7-6 (7-1), 6-4 y 6-3. Fue el triunfo 27° para Nole, que ahora le sacó cuatro partidos de ventaja en el historial.
A sabiendas de que Federer no estaba en las condiciones ideales, Djokovic expresó: "Tengo todo el respeto por Roger por haber jugado. No estaba en su mejor forma, claramente, por eso valoro mucho que se haya presentado y haya dado lo máximo que podía. Yo empecé el partido pensando en él, y cuando me di cuenta ya estaba 1-4 y 0-40 abajo, así que cambié, dejé de pensar en su lesión, y cuando me relajé me sentí más tranquilo". El serbio levantó esos tres puntos de quiebre, y a partir de allí empezó a adueñarse del encuentro.Obligado a buscar puntos cortos y a no prenderse en largos rallies para no forzar el físico, Federer acumuló 46 winners contra 31 de Djokovic, pero casi lo duplicó en la cantidad de errores no forzados: 35 a 18. Aprovechó sólo dos de las siete chances de quiebre que tuvo, pero todo eso sucedió en el primer parcial; en el segundo y el tercero no consiguió ni un break-point.
Federer se mostró resignado: "Lo de hoy fue horrible, por lo que he tenido que pasar. Tuve un buen comienzo y un buen final, pero lo del medio es algo para el olvido, porque ya sabes que tienes un tres por ciento de posibilidades de ganar. Igual hay que jugársela. Nunca se sabe. No hubiera entrado a la cancha si no hubiera tenido una mínima posibilidad de ganar. Vimos que podía pelear el partido. Pero cuando te das cuenta que ya no podés más, es muy duro’’. El suizo, a los 38 años, es dueño de un récord muy difícil de igualar: disputó 1513 partidos como profesional (421 de Grand Slam), y jamás abandonó un encuentro. Aquí, estuvo en duda hasta última hora luego del esfuerzo que empleó en los cinco sets –con casi cuatro horas– para vencer a Tennys Sandgren después de salvar siete match-points. Aun si hubiera jugado en plenitud, el reto era muy exigente: Roger no supera en un Grand Slam a Djokovic desde las semifinales de Wimbledon 2012.
A Djokovic le tocará el domingo enfrentarse a un adversario novato en finales en Australia. Thiem y Zverev le han ganado más de una vez a Djokovic, sí, pero ninguna en un Grand Slam. Como lo indicaba la lógica previa al torneo, el serbio llega como firme candidato al título. Habituado a codearse con los grandes, le falta una rúbrica más para anotar su nombre en otra página histórica.
Sorpresa femenina
La definición del torneo femenino de Australia no contará con las candidatas más esperadas: ni Serena Williams, ni Simona Halep, ni tampoco Ash Barty, la número 1 que aspiraba a cortar la sequía de 42 años sin una campeona local. Barty, con toda la presión ante su gente, perdió con la estadounidense Sofia Kenin, 15ª del ranking, por 7-6 (8-6) y 7-5. De 21 años y nacida en Moscú, Kenin ganó tres títulos en 2019 (Hobart, Mallorca y Guangzhou). En la segunda semifinal, Muguruza dio cuenta de la rumana Halep, a la que superó por 7-6 (10-8) y 7-5. Nacida en Venezuela, Muguruza tiene 26 años y ya cuenta con dos títulos de Grand Slam (Roland Garros 2016 y Wimbledon 2017), pero los altibajos la hicieron retroceder hasta el puesto 32° del ranking. Australia tendrá así una nueva campeona y la primera final femenina sin una Top 10 desde 1979.
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