El club de los 700
Después de las tempranas eliminaciones de 2012 y 2013, Nadal se presentó en el All England y, pese a algunas dudas, venció a Klizan y va por Rosol; es el 11° jugador en la Era Abierta en sumar tantos éxitos
LONDRES.- El césped no es la superficie en la que más cómodo se siente Rafael Nadal. Allí, sus maltrechas rodillas sufren más de la cuenta; las articulaciones se exigen para evitar caídas. Sin embargo, el mejor tenista sobre canchas lentas de todos los tiempos disfruta mucho jugando en la pista que se hace resbaladiza mientras mantiene su cuerpo y color durante los primeros días de competencia. Dos veces conquistó Wimbledon el mallorquín, en 2008 (ante el suizo Roger Federer) y 2010 (frente al checo Tomas Berdych), y además disputó otras tres finales en el All England (2006, 2007 y 2011). Pero así y todo, con semejante palmarés, el número 1 del tour llegó al tercer Grand Slam de la temporada entre fantasmas. Porque más allá de haber ganado su novena corona de Roland Garros hace pocas semanas, acarreaba tempranas eliminaciones en 2012 (segunda rueda) y 2013 (primera). El partido ante el eslovaco Martin Klizan parecía una nueva pesadilla, pero finalmente la victoria por 4-6, 6-3, 6-3 y 6-3 calmó la ansiedad de Rafa.
"Fue un partido importante para mí. Primero que todo porque gané, venir al césped siempre es como un nuevo inicio. Estoy feliz por la victoria. El partido fue difícil, el primer set aún más difícil. Pude luchar, encontrar algunas soluciones, algunos cambios y por eso pude ganar", describió, aliviado, el español. "Hay días donde no jugaré tan bien, al 100% de mi nivel como hoy (por ayer), pero hay que tratar de encontrar las sensaciones, la confianza en los tiros y la única manera de hacerlo es jugando partidos", añadió el ganador de 14 Grand Slams, que se presentó en el court central.
Fue un partido con claroscuros para Nadal, que tuvo 25 errores no forzados. Klizan, por ejemplo, contó con 13 oportunidades para quebrarle el saque a Rafa, pero sólo lo consiguió tres veces (23%). El jugador entrenado por su tío, Toni, tuvo grietas y por momentos se mostró fastidioso, pero terminó encaminando una victoria que se transformó en la número 700 de su carrera. Es más, Nadal es el 11° jugador en la Era Abierta en llegar a esa cantidad de triunfos, el primero desde Federer, que lo hizo en Roland Garros 2010. Los jugadores que lograron esa marca, además de Rafa y Roger (tiene 958 éxitos), fueron Jimmy Connors (1.253), Ivan Lendl (1.071), Guillermo Vilas (929), John McEnroe (875), Andre Agassi (870), Stefan Edberg (801), Ilie Nastase (779), Pete Sampras (762) y Boris Becker (713), el actual entrenador de Novak Djokovic, la mayor amenaza para el liderazgo de Nadal en el circuito.
Nadal ganó al menos un título de singles de Grand Slams por 10 años consecutivos y en Wimbledon busca el 15°, que le permitiría superar a Sampras (14) y quedar a tan sólo dos trofeos de Federer. "Me siento orgulloso de seguir alcanzando marcas importantes para mi carrera."
En la segunda rueda, Nadal tendrá un rival muy conocido, ya que enfrentará a Lukas Rosol, su verdugo en este mismo certamen, en esa misma instancia, en 2012. El checo, N° 52 del mundo, superó al francés Benoit Paire por 6-3, 3-6, 7-6 (5) y 6-4. Pero está claro que ésta versión de Nadal en césped es superior a la de los últimos dos años. "Es muy peligroso, muy fuerte, muy poderoso, tendré que jugar muy bien si quiero ganarle", expresó Rafa. Si ninguna molestia en el cuerpo lo traiciona es factible que siga peleando hasta el final, como para seguir acrecentando su figura, su leyenda en el tenis.
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