Tenis / Un escenario complicado. El sábado terminó teñido de rojo y amarillo
Cerca de 200 hinchas españoles se adueñaron de la fiesta en el Polideportivo; hubo quejas por el maltrato de la gente hacia los tenistas visitantes
MAR DEL PLATA.- La trompeta de Hilario, llegada desde Valencia e infaltable en cada Copa Davis, suena victoriosa desde las gradas y un ¡¡oolleee!! bien entonado corona el festejo de ese puñado de no más de 200 hinchas españoles. Son los únicos que aún permanecen en el estadio y festejan a puro grito otra estocada, ahora de la mano de Fernando Verdasco y el eufórico Feliciano López, que salta, saluda, se prueba un sombrero sevillano y lo arroja a los suyos.
"Que quede claro: aún no hay nada que celebrar más que la victoria de hoy", asegura Alejandro, llegado desde Santoña y todavía transpirado tras el emotivo dobles. Es que casi 10.000 espectadores vivieron con un clima caliente un duelo de hinchadas que, más que nunca, los argentinos se encargaron de nutrir con insultos para la dupla ganadora.
Las banderas rojas y amarillas flamearon desde los pasillos interiores del estadio hasta el parque lindero, donde continuó la celebración con orquesta incluida. "Oiga, que somos los más fieles seguidores desde Alemania y Perú hasta aquí" , aclara Francisco, al comando de uno de los dos trombones que acompañan esta ruidosa banda con la que varios argentinos se sacan fotos antes y después de cada partido. "Es una serie muy reñida, con tanto nervio que nos deja sin aire", advierte David Calviño, el madrileño que mueve a los suyos cada vez que bate sin parar los parches de su tambor. "Es casi un amuleto de la suerte", aclara.
Por lo menos, el instrumento del español festejó más que los que trajeron Jorge y Fabián, desde Río Ceballos. "Somos la barra brava de Nalbandian", aseguraban entre saltos, gritos y cantos antes del partido, en un simpático desafío frente a los visitantes, en el ingreso.
Hasta el partido de dobles los españoles habían elogiado a los hinchas locales. "Estamos enamoradas del público argentino", aseguraron Carmen, Marina y Paula, que conocen bien el terreno porque se radicaron en Buenos Aires para estudiar periodismo y consiguieron entradas con mucho esfuerzo.
Pero ayer, el idilio con la afición local se quebró, en particular por los cánticos que incluyeron insultos. "A estos p?. les tenemos que ganar" , fue casi un himno durante todo el partido. Y un "hijo de p?." repetido y a coro atronó cuando una española gritó en pleno movimiento de saque de Nalbandian, que allí cometió doble falta y disparó el cambio de rumbo del tie break, ganado por los españoles luego de estar 1-5.
"Me pareció una falta de respeto muy grande porque insultar no es propio de un público de tenis", se quejó la catalana Beatriz, madre de cinco argentinos, que salía ayer de la cancha abrazada a una pelota gigante firmada por los tenistas españoles. Claudia, de Madrid y también con hijos argentinos, acompañó el reclamo: "aquí nos tratan de maravillas, pero en este partido se han excedido demasiado", aclaró.
Una discusión que se llevaron a la habitación del hotel el matrimonio de Natalia y Fernando, ella argentina, él español, casados hace cinco años. "Se gritó muy fuerte y duro contra nuestros jugadores", se quejó él, que siente importante el 2 a 1 favorable pero dice que todavía "no alcanza para descorchar el champagne". Natalia no se asusta por el clima futbolero que se filtró en el tenis. Y sólo le importa si hoy juega Del Potro o lo reemplaza Acasusso. En una sola cosa coinciden: el deseo de que la serie se defina en el quinto punto. "Que haya emoción hasta el final", dicen y se entusiasman.
- Venden entradas sobrantes
Un remanente de entradas saldrá a la venta hoy en el Polideportivo. El sobrante, de no más de 80 tickets, incluye palcos laterales a 1300 pesos, cabeceras alta a 950 y 700 la platea lateral alta.
"Me han desilusionado"
El equipo español se mostró molesto por el trato que le dio el público argentino. El capitán, Emilio Sánchez Vicario, comentó: "Ayer (por anteayer) le di un diez. Pero ahora me han desilusionado. Cuando faltan el respeto, el público pierde la credibilidad". Y Fernando Verdasco dijo: "Ellos se pusieron en contra de mí, no yo de ellos. Jugué mejor cuando me insultaron que cuando no me han dicho nada."
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