En Wimbledon llegó la hora de los datos
La tradición de Wimbledon es un engaño. Detrás de ese montaje representado por la indumentaria blanca y las señoras de sombreros gigantes existe un torneo que evoluciona y progresa sin pausa, más allá del ahora salvador techo corredizo de la cancha central. Wimbledon fue el primero en tener muro en Facebook. También intentó ser vanguardia en 2007 cuando tuvo su representación en el mundo virtual de Second Life (https://vimeo.com/5155949) , una fallida experiencia con avatares hoy abandonados en un limbo por sus creadores. Ahora toma la delantera con la alianza que los Grands Slams tienen con IBM para revolucionar el uso de los datos para fidelizar su relación con los fanáticos. Las estadísticas sirven para generar contenidos sociales que son distribuidos en redes, derivados a los medios y a todas las plataformas activadas por el campeonato.
Durante 2015, Wimbledon probó casi en secreto una máquina de aprendizaje automático de IBM llamada simpáticamente Watson. El sistema procesa cantidades industriales de datos. El torneo genera un total de 3.2 millones de datos de 19 canchas durante los 13 días de acción. La información se vincula a la base con más de 40 millones de piezas de información que reúnen toda la historia del tenis. Incluidos todos los puntos que se contabilizan en Wimbledon desde 1877. Pero esto es solamente el principio. El sistema aplica fórmulas cognitivas que permiten capturar todos los mensajes que los fanáticos escriben en Twitter, Instagram y Facebook para dar respuestas en menos de un segundo.
La "nube" de Wimbledon puede registrar en las redes sociales conversaciones de los fanáticos sobre el fútbol de la Eurocopa y vincularlas con tenistas de las mismas nacionalidad de los equipos. En menos de un segundo genera un contenido relacionado con eso. Los medios no desprecian esa información. El año pasado, por ejemplo, en el primer día del torneo Lleyton Hewitt consiguió su tiro ganador número 1500 en Wimbledon. El sistema automático registró el dato y sin intervención humana generó esa información. Otro ejemplo actual: los 30 partidos seguidos ganados por Novak Djokovic en Grand Slams también fue una pieza surgida del sistema de IBM. Se sabe desde Roland Garros que Djokovic es el campeón vigente de los cuatro grandes, por lo cual el dato de los 30 partidos no es especialmente relevante. Pero medios y aficionados decidieron viralizarlo como uno de los datos centrales de la jornada. También la estadística puede derivar en información curiosa y comparada con la cantidad de metros recorridos en los partidos: Andy Murray, por caso, corrió en la primera ronda el equivalente a 21 courts por encima de lo que tuvo que recorrer en la primera ronda de 2015.
El uso de los datos y la información pública en Wimbledon está cerca de dar un paso más extremo. Según publica la BBC (http://www.bbc.com/news/business-36574406) , el All England, hay cámaras que registran las expresiones faciales de los aficionados. De acuerdo a sus emociones, geolocalización y manifestaciones en redes sociales, la máquina de IBM puede "adivinar" las preferencias de los aficionados hacia algún jugador en especial. Esos registros luego se transformarán en contenidos relacionados a ese fanatismo. Tarea difícil para Watson: todo aquel que logra ingresar a Wimbledon tiene cara de felicidad.
mg/gs
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