Gaudio: "Espero volver al equipo"
El tenista de Temperley terminó el fin de semana más duro de su carrera deportiva con los ojos brillosos e intentando encontrar explicaciones para un bajón tenístico que ya acumula varios meses; ayer perdió su tercer partido en la Davis, todos como visitante
MALAGA (De un enviado especial).- Si había alguien que le partía el alma a todos los que pasaron por el estadio José María Martín Carpena era Gastón Gaudio. Cargaba una de las mochilas más duras del conjunto argentino. Esta vez, el que siempre se vistió con la ropa de fija, el mismo que era garantía de la victoria, se iba de Málaga con las manos vacías. Allí estaba, sentado en una silla, con el celular en la mano, los ojos vidriosos y descalzo, apoyando sus pies sobre las zapatillas. Había soportado el fin de semana más duro de su carrera deportiva y cada pregunta que recibía era como un cachetazo. Un poco más de tortura para su alma astillada.
No se dirá algo novedoso, sino que se recurrirá a una sensación que se repitió durante los últimos tiempos: el dueño del tenis talentoso está pidiendo ayuda. Y el sufrimiento de Gaudio se traslada a todos.
Así son los días del jugador criado en Temperley. Aquel que como Calleri no tuvo muchas oportunidades para crecer en sus días como juvenil. Formó parte de un grupo (con Zabaleta y Cañas) que vivió como sparrings la dura serie ante Uruguay, en Montevideo, en 1994. Creció jugando al rugby como apertura en Lomas, pero este hincha de Independiente quería abrirse camino entre las raquetas. En 1997, Hernán Gumy, que había vivido una experiencia similar, le prestó unos dólares para que pudiera viajar. "Es increíble que este chico, que juega tan bien al tenis, no tenga los caminos para conseguirlo" . Ese dinero que salió del bolsillo del Titán se convirtió en la plataforma de despegue. Acompañado por Jorge Gerosi, en 1999, dio el golpe al instalarse en la tercera rueda de Roland Garros: cayó ante Alex Corretja, en la cancha N° 2, pero su talento llamó la atención.
Dos años más tarde, con poca estabilidad en cuanto a entrenadores, hizo su debut en la Copa Davis ante México, en Mendoza. Desde entonces y hasta septiembre de 2002 se mantuvo invicto durante nueve partidos, pero la semifinal ante Rusia le iba marcar el rumbo. Vencía a Kafelnikov por 5-2, 40-15 y su saque en el quinto set del segundo match de la primera jornada. Y el triunfo que estaba en sus manos se le escapó.
Acababa de finalizar su vínculo con Martín Jaite, con el que consiguió los mejores resultados (títulos en Barcelona y Mallorca), pero su ánimo dejó de ser el mismo. La Copa Davis era su único refugio para alguien que siempre señaló que lo único que le importaba era representar al país. Ganó los cuatro partidos ante Alemania y Rusia. Tuvo un preocupante paso por el US Open, que se cerró con una dura derrota en la primera rueda ante Nicolás Massú, pero igualmente Luza siguió convencido de que era una carta vital para el match con Ferrero, en la apertura de la semifinal ante España. Pero Gaudio vivió un día de terror. Sintió el impulso por el triunfo de Agustín Calleri y el aliento de sus compañeros que, como una marea, lo sacaron del vestuario para jugar con Moya. Esta vez, no caben dudas que puso todo lo que tenía en Málaga. Perdió, es verdad. Aunque detrás del tenista hay un hombre que vive su propia historia. Una más importante que pegarle bien a una raqueta.
Nada para rescatar
Gastón Gaudio respondía con las lógicas pocas ganas de no contestar. Pero en un momento difícil, el singlista que ayer vivió la tercera derrota en su historia copera, habló sobre la situación por la que acababa de atravesar:
"Este fin de semana me tocó a mí. Somos todos seres humanos. Esta vez perdí, el tenis es así, se gana o se pierde."
"Cuando yo ganaba y hablaban del récord siempre dije que alguna vez podía perder. Pasó. A mí no me gusta perder, juego para ganar, pero... Espero volver al equipo y poder cumplir el sueño de ganar la Copa Davis. Yo no juego por plata, es por el país, por el amor a la camiseta. Sé que jugar de visitante es difícil, pero aquí fuimos locales gracias al apoyo de tanta gente"
"Quería darles una alegría a la gente y a mi equipo luego de lo que había hecho el Gordo (Calleri) ante Ferrero, pero no pude"
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