La segunda semana, cada vez menos accesible
Con la Legión desmembrada, en Australia se hicieron evidentes las dificultades de los argentinos para llegar a las etapas decisivas de los Grand Slam; Del Potro, muy solo
MELBOURNE.- Orgulloso, Leonardo Smerkin camina con la camiseta argentina puesta por el centro de esta ciudad, a unas diez cuadras del Melbourne Park. Este mendocino de 28 años, empleado de una librería, lleva tres ahorrando para cumplir su sueño: ver un Grand Slam de tenis. Su ilusión de ver a varios compatriotas avanzar en el certamen se truncó demasiado rápido. Kevin Coombes y Rodrigo Haddad tienen 20 años y viven aquí desde los 3 y 14, respectivamente. Pasean por esta Disneylandia del tenis con la camiseta argentina con los nombres de Verón y Messi en las espaldas. Dos compañeros de universidad, australianos ellos, tienen las de Higuaín y Di María. Con esas casacas, juegan el torneo interno del centro de estudios de Deakin, pese a que en el equipo haya sólo cuatro argentinos. Para Kevin y Rodrigo, la felicidad de revivir tiempos lejanos en su país y compartir canciones y gritos con compatriotas duró un suspiro: de los seis argentinos del cuadro principal, cuatro perdieron en primera rueda (Juan Mónaco, Guido Pella, Leonardo Mayer y Horacio Zeballos), uno en segunda (Carlos Berlocq) y hasta Juan Martín del Potro, la esperanza nacional, se fue en tercera, mucho más rápido de lo previsto. Se trata de una tendencia de nuestro tenis en los Grand Slam de los últimos años, lo que genera una pregunta obligada: ¿fue casualidad o causalidad?
En la primera década del nuevo siglo, los tenistas argentinos acostumbraban a poblar los cuadros de los torneos más destacados de este deporte y, muchas veces, llegaron a instancias decisivas. Entre 2000 y 2009, 11 fueron los argentinos que alcanzaron, por lo menos, los octavos de final de un Grand Slam. Sin embargo, desde 2009 y hasta la actualidad, sólo fueron tres: Del Potro, Mónaco y Chela. Para Mariano Zabaleta, subcapitán del equipo argentino de Copa Davis, "antes hubo una camada espectacular. No sé si sucedió algo así alguna vez en otros países". Luego, analizó este fenómeno, y dijo: "Se dio un poco por casualidad y suerte, pero se dio. Ojalá se vuelva a repetir algo así, pero es muy difícil. No sé si sucederá de nuevo".
El tandilense se refiere a los tiempos en los que los Gaudio, Coria, Cañas, Chela, Squillari, Nalbandian, el mismo Zabaleta y varios más eran protagonistas del circuito, con el punto máximo de la final de Roland Garros de 2004, en la que el primero de los nombrados derrotó al segundo. Todo ello, apoyado por la Escuela Nacional, lanzada por Enrique Morea.
Sobre este punto, Leonardo Alonso, uno de los coach de Leonardo Mayer, fue contundente: "Hoy existe una situación que tiene más que ver con la realidad que con la ficción, como era cuando teníamos 14 jugadores dentro del top 100 y cuatro en el top ten". Inmediatamente surge una comparación muy clara: "Inglaterra invierte dos millones de libras por año y sólo tiene un top cien [Andy Murray]. Nosotros con mucho menos inversión teníamos y tenemos más. Es anormal. Hay algunos chicos que están creciendo como Pella, Schwartzman y Argüello, por citar algunos. Pero no los veo como top 20. A los 20 años tendrían que ser top 100 y no lo son".
Berlocq es de los que lucha por dar un paso más y acompañar a Del Potro algunos días más en los Grand Slam. Pero él sabe la realidad general y la suya: "Solo Del Potro tiene un buen ranking y nivel para avanzar en los torneos grandes. Los otros pasaremos alguna ronda y después vamos a perder. El tenis argentino está en un momento de transición y hay varios jóvenes que están por subir. Habrá que habituarse a esto por algunos años. Creo que nos malacostumbramos a otra cosa que no era".
¿Y qué dice el propio Del Potro, al que normalmente le toca pelear solo contra el mundo en las segundas semanas de los torneos top? "Me ha tocado varias veces quedarme solo cuando el torneo avanza. Es cuestión de tiempo, de que los chicos que están dando sus primeros pasos se consoliden. Me pasaba a mí en un momento. Estuvo bueno que Pella haya venido a jugar, o que Schwartzman se haya anotado en la qualy. Sé que ellos y otros que ya están entre los 150 del ranking son el futuro del tenis argentino."
Más allá del optimismo del tandilense, a Leonardo, a Kevin, a Rodrigo y tantos otros argentinos que componían la hinchada más ruidosa detrás de los locales y los fervorosos griegos, la costumbre de mirar el programa del día para buscar donde jugaban los argentinos se acabó. Leonardo Tosto, un abogado rosarino que llegó hace menos de un año a probar suerte con tres amigos de su ciudad y encontraron un sitio que les abrió las puertas ("Trabajamos como mozos, se vive bien y se puede ahorrar"), contesta sobre cómo es esto del aliento a los argentinos estando lejos: "¿Todavía te interesa que te responda después de la derrota de Delpo? No da?". Para peor, no hubo damas en el cuadro tras 25 años, los tres doblistas perdieron en primera rueda (Zeballos, Mayer y Berlocq), y no hay inscriptos en la competencia de juniors. ¿Los argentinos que viajen o que vivan en París, en Londres o Nueva York pueden vivir una realidad similar en Roland Garros, Wimbledon o el US Open? Difícil decirlo ahora. Pero está claro que son otros tiempos.
- 11 argentinos
Llegaron por lo menos a los octavos de un Grand Slam entre 2000 y 2009: Squillari, Cañas, Zabaleta, Gaudio, Nalbandian, Chela, Coria, Puerta, Acasuso, Vassallo Argüello y Mónaco. Desde 2009 a la actualidad, sólo tres alcanzaron esa instancia: Del Potro, Mónaco y Chela.
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