Andy Murray, o cómo volverse la nueva estrella del tenis mundial

El O2 Arena, escenario del gran día de Andy Murray , es un estadio especial: se llega a él recorriendo una pasarela en la que se refleja y homenajea en detalle la historia del rock. La caminata es sencillamente impagable.

También lo es lo de Murray, que es hace ya tiempo mucho más de lo que el tenis británico jamás se hubiera atrevido a soñar. Quizás ni él mismo imaginó posible el año que cerró ayer: líder en la conquista de la Copa Davis hace 12 meses, el primer título británico en 79 años; bicampeón de Wimbledon en julio, bicampeón olímpico en agosto y ahora campeón del Masters y número uno del mundo de la temporada 2016. ¿Su ultima derrota? En septiembre, ante Juan Martín Del Potro.

Que ayer lo lograra ante su público es el moño para una gran historia protagonizada por un hombre que no sólo necesita ser fuerte en el tenis: también se le exige solidez fuera del deporte, porque hay diez diarios impresos de tirada nacional, y todos y cada uno de ellos tienen la vista puesta en él las 24 horas del día. No es fácil ser Murray, pero es a la vez grandioso ser Murray, la nueva "rock star" del tenis mundial.