Roger Federer en Roland Garros: el regreso más esperado, sus chances y sus sensaciones a diez años de su título
PARIS – Es, por lejos, el gran regreso, el que más esperaba Roland Garros . Tras un largo paréntesis, Roger Federer decidió volver al torneo que lo vio campeón hace diez años. Jugó por última vez aquí en 2015, cuando se despidió en los cuartos de final con derrota ante su compatriota Stan Wawrinka. Ha pasado también una década desde su única coronación en el Bois de Boulogne, en 2009, a expensas del sueco Robin Soderling. Federer tiene excelentes números en el abierto francés (65 triunfos y 16 derrotas), y nadie duda de que, si no fuera por Rafael Nadal, el suizo podría haber ganado al menos dos o tres veces más aquí.
A los 37 años, Federer vuelve a Roland Garros, donde ya se estuve entrenando desde hace varios días. Posiblemente no sea el principal favorito, pero sería necio descartarlo de la lista de candidatos. En su paso por canchas lentas en esta temporada, llegó a los cuartos de final en el Masters 1000 de Madrid, donde perdió con Dominic Thiem; la misma etapa alcanzó en Roma, aunque no se presentó al duelo contra el griego Stefanos Tsitsipas. ¿Se siente candidato al título? "No lo sé. Es una suerte de signo de interrogación para mí. En algún sentido es similar a lo de Australia 2017 -cuando fue campeón tras seis meses al margen del circuito-, hay algo incierto. Siento que estoy jugando buen tenis, pero no sé si será suficiente o no contra los jugadores top cuando llegue la hora. Pero espero estar en esa posición, cuando lleguen las instancias decisivas. Primero necesito llegar hasta ahí, y eso ya será un desafío en sí mismo. Para mí, será un torneo más que interesante en la parte mental para llegar lejos", explicó.
En una sala de prensa especialmente armada para este año en el Museo de Roland Garros, y vestido de impecable blanco, Federer habló de este reencuentro con Roland Garros. "Veo que muchas cosas han cambiado. Es la primera vez que vengo a esta sala, por ejemplo. El court central luce muy diferente, hubo un montón de mejoras. El torneo está creciendo y eso es bueno. Pero por otro lado también mantiene su estilo y todo, y espero volver a ver cómo se siente con toda la gente y los fanáticos. Personalmente, y después de haberme perdido el torneo durante tres años, estoy muy contento de estar otra vez aquí".
Federer contó también cómo resuelve situaciones relacionadas con su físico, como sucedió recientemente en Roma, cuando decidió no disputar los cuartos de final después de un duro cruce contra Borna Coric en el choque previo. "Estar saludable en esta etapa de mi carrera es clave. Siento que después de la última vez que estuve lesionado (en Montreal, hace dos años), mi cuerpo ha respondido. Lo de Roma, por ejemplo, fue por precaución. Quería estar ciento por ciento seguro de poder jugar Roland Garros, por eso tomé esa decisión. A veces uno se pregunta: ¿realmente quiero jugar en París-Bercy (a fin de año)? ¿quiero jugar en polvo de ladrillo? Porque el cuerpo puede decir que sí, pero hay que ver si eso es bueno para mi calendario, si es lo correcto. ¿Está mi familia de acuerdo? ¿Qué piensan mi cuerpo técnico? En este momento siento que mi físico me da luz verde para jugar, y eso es un lujo a mi edad".
A lot of things have changed since @rogerfederer was last at Roland-Garros...#RG19pic.twitter.com/dJlpa5ETq1&— Roland-Garros (@rolandgarros) May 24, 2019
De todos modos, Federer contó que, para él, los tiempos de recuperación de una lesión o de una dolencia toman un poco más de tiempo que cuando era joven. "Mira, cuando eres un adolescente y tienes una contractura en la espalda, sabes que te va a doler por lo que queda del día, quizás el día siguiente, y ya. Cuando eso se produce a mi edad, te das cuenta que el dolor permanecerá por una semana, quizás un mes, depende del caso. Por mi parte, agradezco con no tener problemas con jugar en pasto, polvo de ladrillo o canchas duras. Dewsde luego, tengo dolores musculares en lugares que no tendría cuando juego en césped o en cemento. Creo que está todo en si vos podés entrenarte bien; si tenés molestias persistentes no podés practicar como te gustaría, ahí es cuando se empieza a perder la buena condición, a perder fuerza, y una cosa lleva a la otra. Por eso estoy contento de estar ahora tan saludable".
Aquella primera vez
El suizo también hizo gala de una excelente memoria y recordó su primera participación en Roland Garros, hace dos décadas. "Me dieron una invitación (wild card) para jugar en 1999 en el cuadro principal, hace 20 años. Me tocó jugar contra Patrick Rafter en el estadio Suzanne Lenglen. Era la época en la que ganarle a un jugador de primer nivel te daba puntos bonus, creo que Rafter era Top 5 (era el número 3) y si le ganaba sumana como 50 puntos adicionales. Recuerdo que jugué bien, pero no pude ganar; sin embargo, fue una gran experiencia para mí. Recuerdo también aquel torneo por la final entre Martina Hingis y Steffi Graf, porque Martina tenía mi edad, y mientras yo estaba en pañales ella ya era la número 1 del mundo en ese momento. Después, fui parte de la fábrica y hace diez años lo gané, lo que fue un sueño hecho realidad, uno de los mejores momentos de mi vida."
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