Telefestejo TV e Internet mediante
En Buenos Aires, bares, casas, oficinas y hasta un centro de jubilados siguieron los éxitos de Gaudio y Coria con un entusiasmo que fue creciendo con las horas
"¡Vaaamos!", celebró el grupo que, vidrio mediante, gozó con el último revés con slice de Tim Henman. La pelota había superado la línea de fondo y ya era realidad el deseo por décadas postergado: un argentino sería campeón de Roland Garros. Pero no necesariamente ésa era la impresión inicial tras el error del inglés: algunos festejaban el triunfo de Guillermo Coria, primero, y después caían en la cuenta de que, ya clasificado Gastón Gaudio, no había otra opción que la del título para un criollo.
A esas alturas, las 13.49, los bares y restaurantes del centro porteño estaban atestados, y sus televisores, curioseados desde afuera. Y al cabo, el almuerzo llegó sazonado con salsa de victoria. Antes, obligaciones laborales por medio, una Buenos Aires muy enfrascada en su viernes hábil había mirado de reojo, nomás, el devenir de sus compatriotas en el Bois de Boulogne. Lo tempranero del choque Gaudio v. Nalbandian fue un exceso para los televisores comunitarios, que empezaron a tener enfrente público más nutrido sólo con Coria v. Henman.
Antes, grupúsculos de tres personas en la Asociación de Deportes Racionales (club donde se entrenaba Nalbandian); pocos autos en Buenos Aires Lawn Tennis (la catedral de este deporte en el país); acumulaciones de cinco, diez o quince espectadores en las diversas cajas bobas de Aeroparque y de Corrientes microcéntrica. A metros, los televisores de las casas de electrodomésticos de Florida y de esa avenida aparecían extrañamente distraídos, con imágenes ajenas en la pantalla. La atracción se manifestaba en las casas, con la gente que se había levantado más temprano que de costumbre para apasionarse con el destino de gloria albiceleste; en las oficinas, donde tener una ventana minimizada de una página de Internet al instante fue común.
Favorecido, entonces, por una hora más accesible –para el sueño de unos y las compromisos de trabajo de otros–, el encuentro entre el sudamericano y el europeo contó con más testigos que el del cordobés y el bonaerense. Si hasta conmovió ver que en un centro de jubilados de Rivadavia al 1400 todos se amuchaban para contemplar el exquisito y contundente tenis de El Mago de Rufino.
El partido tuvo esa chispa tan propia de los clásicos, porque, luego del intranquilizador set inicial, cada punto ganado por el argentino ante el inglés se festejó con más ahínco que los que entre sí se provocaron Nalbandian y Gaudio. El segundo parcial aventó bastante las dudas, el tercero fue una exhibición esperanzadora y el cuarto, aunque peleado, autorizó el festejo: Willy II finalista, futuro campeón argentino ya asegurado.
Coria celebró; su gente, también. La que estuvo cerca de él en París, y la que lo siguió a 11.000 kilómetros. Y ya lo ve, y ya lo ve, para la gente que lo mira por tevé...
Récord On Line
La atracción por los argentinos semifinalistas de Roland Garros provocó ayer el récord histórico de visitas a www.lanacion.com.ar , que transmitió punto por punto Gaudio v. Nalbandian y Coria v. Henman. A la cobertura del abierto francés ingresaron más de 300.000 personas, que incidieron en el aumento de 60% de lectores en el sitio todo respecto a la cifra habitual de los viernes.