De viaje. Voces, a lo lejos
MELBOURNE.- Un día entero de vuelo es la llave a la primera gran cita de la temporada. Libros, películas, notas, charlas con algún conocido? Todo vale para pasar el tiempo mientras se recorren los 11.660 kilómetros de distancia desde Buenos Aires, en un viaje que incluyó algunas escalas. La primera fue en Auckland, que sorprendió con un aeropuerto renovado. Un paseo por la estación neozelandesa permitió encontrar, en medio de los puestos de mercadería sin impuestos, una capillita cristiana, apenas reconocible por una pequeña cruz en la puerta, y otro crucifijo, de no más de 30 cm de alto, en el centro de una pared y frente a 18 sillas, ninguna ocupada en ese momento. Enseguida, las fuertes medidas de seguridad y la revisión detallada del equipaje y de los documentos nos traían de nuevo a la realidad. "En Australia está todo bien, pero nunca terminé de acostumbrarme", cuenta Nilda, compañera de vuelo. Se radicó hace 15 años aquí, y durante todo ese tiempo no regresó a la Argentina; sólo lo hizo hace un par de meses, y este tiempo entre los afectos le encendió las ganas de pegar la vuelta. Estudió psicología, pero para ejercer es preciso realizar una residencia que no reporta ingresos y sí varios costos; por eso, hace un buen rato que eligió enseñar español. "Hay muchos australianos interesados en el turismo de aventura, y la Argentina tiene bastantes lugares que ofrecer en ese sentido, como la Patagonia, o las cataratas, por eso es un destino buscado", explica. En Australia viven alrededor de 15.000 compatriotas que parecen haber encontrado su destino en esta isla, que es la más grande del mundo y a la vez el continente más pequeño. "Yo me adapté, pero se extrañan muchas cosas", dice Julieta, que se vino a vivir aquí hace cuatro años, huyendo de la (¿última?) crisis; ahora viene de pasar las fiestas en Córdoba. "Necesitaba volver a las reuniones con amigos, esas charlas hasta bien tarde, la ceremonia de los asados", cuenta sobre esas pequeñas cosas que anidan en el corazón de aquellos que se fueron muy lejos y, a pesar de la distancia, buscan sentirse más cerca.