Wimbledon: Schwartzman tuvo tres match points, pero sucumbió ante la eficacia del italiano Berrettini

LONDRES.– Matteo Berrettini es una torre de 196 centímetros y una base musculosa que lanza escopetazos casi sin hacer esfuerzo. Romano de 23 años, con un ascenso furioso en el ranking (entró en el top 100 en marzo de 2018 y ya es 20º del mundo) y ganador de dos títulos de ATP en la actual temporada (Budapest y Stuttgart; este, sobre césped), se presentaba, en la lectura previa al partido por la tercera rueda de Wimbledon, como un obstáculo sumamente espinoso para Diego Schwartzman. El argentino, con apenas un puñado de triunfos sobre césped (cinco), luchó de igual a igual durante la mayor parte del partido jugado en el histórico Court 18 (aquel del 70-68 en el quinto set de John Isner a Nicolas Mahut), llegó a contar con tres match points, pero eso no le alcanzó. Berrettini se impuso por 6-7 (5-7), 7-6 (7-2), 4-6, 7-6 (7-5) y 6-3 en 4h19m, y el lunes se medirá con el suizo Roger Federer (derrotó al francés Lucas Pouille por 7-5, 6-2 y 7-6 [7-4]), en los octavos de final.

De esta manera, y teniendo en cuenta que Guido Pella ya se había ganó un lugar en los octavos (se medirá con el canadiense Milos Raonic), 2005 sigue siendo el último año en el que dos argentinos se clasificaron para la segunda semana del tercer certamen de Grand Slam del año. Hace 14 temporadas, David Nalbandian y Guillermo Coria avanzaron a los octavos: el cordobés superó a Richard Gasquet y luego perdió en los cuartos de final contra el sueco Thomas Johansson, mientras que el Mago perdió en los octavos ante el estadounidense Andy Roddick, que luego caería en la final frente a Federer.

Berrettini anotó 22 aces y, con 61% de primeros servicios, ganó 80% de esos primeros saques. El Peque, 24º favorito, intentó responder cada bombazo y durante gran parte del encuentro lo logró. Schwartzman, entrenado por Juan Ignacio Chela, contó con tres match points en el cuarto parcial, pero siempre fueron con el servicio de Berrettini y el italiano resolvió con autoridad esos momentos de suma dificultad. Como cuando sacó 30-40 y 4-5, y cuando sirvió 15-40 y 5-6. A esas oportunidades que se le escurrieron de la mano a Schwartzman, el argentino terminaría padeciéndolas en cuanto a confianza. De hecho, después de ganar el cuarto set, Berrettini le quebró el saque al porteño de inmediato, en el segundo game, y a partir de entonces controló el match. Lo curioso es que Schwartzman ganó más puntos en total que su rival: 188 contra 185.

Probablemente, todavía con las pulsaciones muy altas, Schwartzman lamentará muchísimo la posibilidad que tuvo de avanzar a los octavos de final de Wimbledon, pero también sabe que cierra una gira sobre césped –la superficie que más inseguridad le genera– con buenas sensaciones, después de alcanzar los cuartos en el ATP 500 de Queen’s y la tercera etapa del prestigioso major británico.

"Son de esas cosas en las que el deporte es totalmente injusto. Nunca voy a volver a perder un partido tan injusto como el de hoy. Gané más puntos que él y perdí. Con mi saque fui mucho más firme que él y perdí. Tuve tres match points y perdí. Fajas, líneas, no pegué un ojo de halcón en todo el partido. En el arranque del quinto set me zafa un break point que hace así con la raqueta. No ligué hoy. Me puedo cuestionar que en el primer match point no tiré el slice paralelo en vez del cruzado o que la devolución del segundo match point la tiré afuera y la podía haber metido. En cuatro horas y media perdí solo dos veces el saque. Acertó mucho, arriesgando mucho", analizó Schwartzman, que ahora tendrá algunos días de descanso. Y añadió, mascullando un poco de bronca: "Más allá de que Matteo es un gran jugador, tuvo suerte para ganar. Tiene buena volea, resuelve bien adelante, fue encerrándome cada vez más con el slice. Pero si contamos la cantidad de puntos que gané desde fondo, lo puse incómodo".

El match point