¿Y si nos atrevemos a pensar en grande?
¿Dos torneos ATP en la Argentina en vez de uno? La idea suena interesante, pero es de vuelo corto. Nada que objetar a Mariano Ink, que muy bien hace en querer convertir su torneo challenger en algo mayor. No, la objeción es a ese tenis argentino que sigue pensando en chiquito. Llamativo, porque el público argentino es, desde el punto de vista tenístico, de los más educados y sofisticados del mundo.
Dominic Thiem, atracción del próximo ATP de Buenos Aires, es un gran jugador, sí, pero lo que los argentinos quieren es ver a los grandes de verdad. A Roger Federer, a Rafael Nadal, a Novak Djokovic, a Thiem y, además, a todo el resto del top 40 en una misma semana. Butch Buchholz, gran visionario y creador del torneo de Miami, soñó hace ya 20 años un gran torneo que debía jugarse en Nordelta.
La Argentina, con sus eternos vaivenes, frustró ese y otros planes. Tras desaprovechar por completo la gloria de la Copa Davis, el tenis argentino sigue siendo incapaz de explotar comercialmente su potencial y se retuerce con ganas en guerritas de trincheras. En ese contexto, ¿conviene dividir esfuerzos? ¿No sería mejor sumar fuerzas para comenzar, de una vez por todas, a pensar en grande?