Tetra de Chapelco, con la mística de siempre

Pasaron 28 ediciones y la fe sigue intacta. De hecho, año a año, se renueva con nuevos fieles que se animan a vivir desde adentro la prueba que combina ski, running, kayak y mountain bike, más antigua del país. Dicen los que saben o, más aún, los que se animan a esta competencia que estar en la línea de partida, en el corazón del Cerro Chapelco, implica no menos de 4 meses de preparación intensa. En todos los casos, hay un elemento que debe acompañar: la paciencia. Como en la vida, sin ella, se hace inviable traspasar los más de 80 km de extenuante travesía.

En esta versión del Tetra, la nieve y la lluvia acompañaron a lo largo de toda la competencia a los 300 atletas. Desde la pista 63 del centro invernal, los competidores treparon la pista Panamericana para cumplir con el circuito acortado dada la escasa visibilidad. El descenso hasta la base del Cerro tuvo al local Ricardo Curruhuinca al mando de la prueba. Desde allí, el jardinero, tal su apodo por su trabajo en los jardines de San Martín de los Andes (hoy es ambulanciero), se distanció de sus perseguidores que nunca pudieron darle alcance y completó la prueba en 4h52m50s. "Es una felicidad enorme. Mi papá me pidió que siguiera corriendo y hoy este premio lo comparto con él", dijo el seis veces ganador de la prueba. Y añadió: "El clima complicó mucho a todos. Se hizo muy duro en todos los tramos. Sobre todo en la parte de kayak, en la que las aguas del Lago Lacar estaban muy movidas por el intenso viento". Segundo resultó el roquense Maxi Moralez (5h13m42s), quien en el parque cerrado que accedía al lago Lácar tomó ese puesto, y tercero, el local Fabián Vera (5h20m04s), quien trajinó mucho para aferrarse al último escalón del podio. Entre las damas, la roquense Yanina Ferroni revalidó el triunfo del año pasado. La experimentada atleta alcanzó la victoria en 6h8m24s. El segundo lugar quedó en manos de la local Victoria Amoroso con un tiempo de 6h53m03s y tercera, Luisa Miguens con un crono de 6h59m23s

Por ahí, mientras en la avenida San Martín se agolpaba el público para recibir a los atletas, se escuchó a un hombre, con varios inviernos transcurridos, decir: "El Tetra es un sólo día en toda una vida, pero significa muchas cosas para quienes lo corren y para quienes lo rodean. El Tetra te marca para toda la vida". Vivirlo desde adentro o disfrutarlo con el encantador entorno de San Martín de los Andes como telón de fondo, le dan razón.