Carreras / Protagonistas. Sueña despierto
Tras obtener la estadística, Waldemar Maciel, de 20 años, guió al triunfo a Jampro en el José Ramírez
MONTEVIDEO.- Parece estar viviendo un sueño Waldemar Maciel por estos días. Nacido hace 20 años en la localidad de Pando, a unos 25 km del barrio Ituzaingó, donde está ubicado el hipódromo de Maroñas, fue el ganador de la estadística de jockeys en ese escenario el año último y comenzó 2006 con un triunfo en el Gran Premio José Pedro Ramírez, montado en Jampro. Y nada menos que en su primera experiencia y venciendo por media cabeza a Pablo Falero, "el uno, el más grande", como lo define al jinete de Baader.
"Aunque está en el mismo nivel que haber ganado la estadística, no me olvido nunca más de este día", señalaba tras la carrera del viernes pasado el joven piloto. Un día después, momentos antes de correr el Ciudad de Montevideo, volvió a conversar con LA NACION, repitió la frase y dio un ejemplo: "Anoche me invitaron a un programa de televisión y volví a las 2 de la mañana. Me acosté media hora más tarde y casi no pude dormir. Cada cinco minutos se me cruzaban las imágenes del Ramírez, sobre todo cuando Pablo me dio la mano al cruzar el disco. A las 7 ya estaba levantado para ir a la cancha y aún no termino de caer".
La felicidad por la gran victoria se mantiene inalterable en su rostro con el paso de las horas. Sonríe a cada momento. Y mucho más cuando recuerda que antes de conocerse los anotados en el gran premio le hizo creer a un amigo que "ya tenía al ganador del Ramírez". La verdad es que sólo días más tarde aparecería Jampro en su vida y se confirmaría que Maciel estaría por primera vez en la prueba más tradicional de la hípica uruguaya.
"No tenía monta. Me la ofrecieron informalmente después que se anotó y acepté, pero habían pasado unos días y no volvieron a hablarme, por lo que pensé que ya no lo correría. Por suerte, cuando vi el programa el caballo había sido ratificado conmigo", recuerda quien lleva sólo un año y tres meses en la profesión. Antes trabajó en la construcción, como albañil; en quintas y en puestos de frutas y verduras.
Maciel deja al descubierto en la charla una gran madurez. Está convencido de lo que quiere. "Me ofrecieron ir a Dubai por seis meses, con un contrato, pero lo rechacé porque es muy lejos, tienen otras costumbres y me costaría adaptarme. Puedo seguir acá porque no tengo apuro en irme, pero sí lo haría en caso de haber una buena oferta desde la Argentina. Sería una linda oportunidad", explica.
Para recorrer los 25 km que separan a su casa del hipódromo, Waldemar se compró una moto con sus primeras ganancias y luego un auto. Además, adquirió un terreno en el que comenzó a edificar su casa porque -asegura- "después de estar varias veces viviendo en casas de amigos o familiares descubrí que no hay como el hogar de uno".
Hoy, ese hogar también es la hípica uruguaya, adonde llegó por seguir los pasos de su hermano, José Padilla, al que algunas veces acompañó por los studs y las pistas de la Argentina. "Largué la escuela pronto. Si me iba mal no sé a qué me iba a dedicar", confiesa este joven que no llega a los 50 kilos y está "tomando vitaminas y con una dieta equilibrada para subir de peso..., para no llevar tanto plomo encima".
Maciel continúa dando pasos firmes en su profesión. Por lo pronto, a los 20 años, sobre Jampro, ya fue el centro de la escena el día que ningún uruguayo quiere perderse detalle de lo que pasa en el hipódromo de Maroñas.
"Tuve que aprender en carrera"
Waldemar Maciel pudo haber surgido de la Escuela de Aprendices de San Isidro, pero un problema de radicación no le permitió ingresar, por lo que comenzó a correr en el hipódromo de Las Piedras. "Acá no hay escuela y tuve que aprender en carrera. Trabajé como peón de Javier Etchechoury en mi último regreso desde Buenos Aires y necesité de un tutor para poder empezar en Maroñas, sólo después de conseguir dieciséis triunfos", recuerda quien durante 2005, su primera temporada completa en el principal hipódromo uruguayo, sumó 101 primeros puestos.
lanacionar