Charlas con el Maestro. Tuvo como caddie a Dios
Podríamos denominarlos como mágicos a esos días de golf en los que al actor principal de la historia le sale todo a la perfección. Con sus 60 golpes (-11) en la vuelta final del 40° Abierto del Norte, en el Jockey Club de Tucumán, Andrés Romero encarnó el último domingo al héroe local que quiebra récords en el campo y levanta al público con tiros inesperados.
-¿Qué dimensión debe dársele al triunfo de Romero, que totalizó 258 golpes (-26) y bajó por un golpe el mejor score del torneo para los 72 hoyos, que estaba en poder de Angel Cabrera?
-Es una conquista propia de alguien que alcanza un pico máximo de inspiración en el término de 18 hoyos. Como digo siempre: quien consigue esa tarjeta tiene como caddie a Dios. Romero ya no es una promesa, es una realidad. Porque no sólo brilla en su casa, sino que ingresó en el Tour Europeo y tiene todo para progresar.
-En el capítulo 16 de su último recorrido, Romero hizo hoyo en uno...
-Lógicamente que nunca es fácil hacer un hoyo en uno, pero éste del Jockey, que tiene 175 yardas, presenta sus complicaciones. Es para usar un hierro 7.
-¿Un golfista juega más motivado cuando actúa en su cancha, como en el caso del Pigu, o eso normalmente es un factor adicional de presión?
-Jugará motivado en la medida en que le vayan saliendo las cosas. Todos queremos ganar donde están la familia y los amigos; es donde nos sentimos más mimados. Pero si desde el tee del hoyo 1 empezás a fallar, la motivación se va diluyendo para darle paso a la frustración, justo ante tus seres queridos.
-Usted lo vio jugar a Andrés Romero en varias oportunidades. ¿Cuáles son sus puntos altos y bajos en el juego?
-Lo mejor es el dominio de sí mismo, la confianza que tiene, la seguridad con la que pisa la cancha. No se genera esos fantasmas mentales que te estropean una vuelta, como sí les sucede a otros jugadores. Mi duda es si podrá adaptarse a los cambios de lugares, de comidas y de canchas con el transcurso de los años.
-¿Le gustaría darle algún consejo?
-No creo que sea necesario. Una vez, le preguntaron lo mismo al experimentado sudafricano Gary Player respecto de Ernie Els. Y Gary dijo: "No, Ernie no necesita de mí ni de un profesor que lo eche todo a perder".
-¿Qué espera del US Open, segundo Grand Slam del año, que se jugará desde pasado mañana en Mamoroneck, Nueva York, y que tendrá a Angel Cabrera como único argentino?
-Cualquier Major provoca un cosquilleo especial, más cuando uno de nuestros representantes forma parte de la cita. Sé que algún día Pato dará el gran batacazo por su juego, su potencia y su espíritu. Más allá de eventuales derrumbes, al cordobés siempre lo coloco como candidato.
-¿Qué opina del intento fallido de la norteamericana Michelle Wie de clasificarse en el US Open, dominado por los hombres?
-Creo que para tener éxito, cada persona debe actuar en el ámbito que le corresponde. Si lograba una plaza para el US Open, Wie iba demostrar que podía entre los hombres. Pero aún pudiendo, sólo iba a ubicarse en un puesto discreto en el torneo; ni remotamente daría pelea. Entonces me pregunto: ¿De qué le sirve luchar por esos objetivos?
-¿Y por qué cree que Wie persigue estas metas profesionales?
-Ella no toma estas decisiones; creo que está mal manejada. Sólo tiene 16 años y deberían protegerla mejor. Está perdiendo el tiempo en esta búsqueda por demostrar que puede progresar en el circuito masculino. La verdadera demostración es frente a las otras mujeres. Si se dedica de lleno a su categoría será la Tiger Woods en versión femenina.
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