Charlas con el maestro. Un merecido campeón
El green del hoyo 18 del Hurlingham Club se rindió ante el imperturbable finlandés Antti Ahokas, ganador del 103° Abierto Visa de la República y dueño de una particularidad: fue el primer zurdo en la historia en triunfar en la máxima cita local.
-¿Qué le pareció el torneo en general?
-Tuvo lágrimas y alegrías por igual. Los que jugaron mal le echaron la culpa a la cancha, como suele reaccionar cualquier golfista, que acostumbra encontrar las razones de su derrumbe en un factor externo y no en su propio juego. En este caso, muchos tuvieron una buena oportunidad de culpar al campo.
-¿La cancha estuvo realmente complicada?
-No se mostró tan fiera como se presumía; de hecho, los fairways estaban bastante normales. La mayor dificultad la presentaron los roughs, aunque este par 70 se portó bien. Si el irlandés Browne anotó 130 golpes en los primeros 36 hoyos, no veo la razón por la cual no se pudo haber mantenido ese score en las últimas dos vueltas. Evidentemente influyó la presión, pero el campo no afectó.
-¿Ahokas fue un merecido campeón?
-Sí, ganó bien; no hubo nadie que igualara su regularidad. La estadística dice que se convirtió en el primer zurdo en triunfar aquí, pero yo ni siquiera recuerdo a algún golfista que haya participado antes en el Abierto con el perfil cambiado. Sí tengo memoria de la actuación del neozelandés Bob Charles en la Copa del Mundo y en el Torneo de Maestros, que también era zurdo.
-¿Cuáles son las virtudes técnicas del finlandés?
-Buen swing, buena potencia y excelente temperamento. Se hizo fuerte en una cancha que no conocía, y afortunadamente el público valoró su conquista. En la entrega de premios no hubo barullo, sino mucho respeto de parte de la gente, algo para imitar. Es un detalle gratificante que contrasta con los continuos episodios de violencia que observamos a diario.
-El campeón ensayó una reverencia cuando usted le entregó la copa. ¿Cómo se sintió?
-Me gustó mucho el gesto de Antti; fue un acto de respeto que le agradezco.
-A falta de las principales figuras locales, ¿qué le pareció la actuación de los argentinos?
-En la primera vuelta, Daniel Vancsik impuso un score de 65 que dio una señal concreta de que podía ganar, pero el Colorado terminó diluyéndose porque no se sintió cómodo con el trazado; creo que es muy corto para la potencia de su drive. También insinuó Rafael Gómez, que arrancó con tres birdies y un hoyo en uno en los primeros nueve. Y después apareció Martín Monguzzi, que aunque no tenía antecedentes -más allá de los familiares- supo sostenerse en la lucha hasta el final. Por otro lado, me reconfortó lo de Estanislao Goya, que con el tercer puesto ratificó su éxito en el Abierto del Centro, la semana anterior.
-¿Qué opina de esta nueva experiencia de haber adelantado la fecha del Abierto?
-Había que hacerlo para encajar con el Challenge Tour Europeo, no había alternativa. Pero ya habrá tiempo de reacomodar las cosas el próximo año. Eso sí: debe haber un diálogo fluido con las máximas estrellas de nuestro país para que puedan decir presente en Nordelta, si es que se confirma la sede. No será fácil, pero por lo menos sería interesante que se hiciera el intento.
-¿Cuál fue la otra nota saliente en Hurlingham Club?
-El éxito del cordobecito Jorge Fernández Valdés en la Copa Pereyra Iraola para aficionados. Con 15 años, mostró una llamativa madurez para su edad y se dio su primer gusto grande.
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