La satisfacción del campeón. Un torneo hecho a su medida
Pocos minutos después de alzar el trofeo que se adjudicó por ganar en Munich, Franco Squillari viajó a Roma, donde mañana comenzará su participación en el Abierto de Italia. Desde allí, el zurdo argentino mantuvo una charla telefónica con La Nacion, en la que se manifestó de excelente humor, a punto tal que expresó que juega en Munich tan cómodo como suele hacerlo en Deportes Racionales, el club donde se entrena habitualmente: "Se parecen bastante, je... La verdad, me sentí como en mi casa, allá. Es esa clase de torneos en los que uno está muy cómodo desde el primer minuto que llega. Siento una alegría enorme por haber repetido el título. Realmente, no tuve ningún día en el que haya jugado mal".
"Me gustan las condiciones que hay en Munich. Se juega con bolas rápidas, pero la pista es un poco más lenta y eso me viene muy bien. También me siento a gusto aquí, en Roma, y en Roland Garros, aunque después los resultados no se correspondan", señaló Squillari.
Curiosamente, el zurdo se dio el gusto de festejar en una semana en la que no tuvo entrenador, ya que se desvinculó de Gabriel Markus, tras apenas un mes de vinculación. "No creo que eso haya influido, porque en los últimos tiempos venía jugando bien, sólo faltaba un poco. Y aquí dio la casualidad de que me quedé solo con Claudio Ferrer, mi preparador físico, que realmente se portó muy bien. Mi intención es volver a trabajar con Horacio de la Peña (ahora dirige a Gastón Gaudio), pero todavía debo esperar una respuesta." En este certamen, las tácticas las elaboró Pier, el hermano de Squillari y su coach durante algunos meses del 99, que se las envió por e-mail. "No me puedo quejar, dieron muy buen resultado", comentó el Totó.
Tan contento estaba Squillari por el triunfo que se dio el gusto de bromear con Niki Pilic, director del torneo de Munich. "Le pedí que organice torneos allí más seguido, así sigo ganando", dijo el zurdo, que cuando finalizó la ceremonia de entrega de premios salió del court en un auto BMW (la empresa que patrocinaba el certamen). "Le dije a Pilic que me lo llevaba, pero no quiso saber nada, enseguida me pidió las llaves", explicó el argentino, y añadió que esa salida sólo se realizó para publicitar la firma.
De cara al futuro, Squillari sostuvo que no quiere que ahora se le venga la presión encima. "Simplemente, pretendo seguir ganando partidos y llegar lo más lejos posible".
También expresó su satisfacción por haber podido defender los puntos ganados el año último. "Había que hacerse cargo, porque bajé varias posiciones, y si no me recuperaba, después se me iba a complicar el ingreso directo a los torneos."
Por último, Squillari fue cauto al referirse a un posible regreso al equipo argentino de la Copa Davis: "Es una posibilidad lejana, debería hablarlo con Franco (Davin, el capitán), a ver si se dan las condiciones, pero por ahora no quiero pensar en eso".
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