Unión - Independiente, por la Copa de la Liga: negaron el fútbol y llenaron la noche de bostezos
Por la 11ª fecha de la zona B, el Rojo visitó al tatengue con aspiraciones de quedar cerca de la clasificación para los cuartos de final; terminaron 0 a 0 con escasas situaciones de gol.
0-0. Cero por donde se lo mire. Unión e Independiente igualaron sin goles en un partido sin emociones, sin chispa, sin gracia. El punto le sirve al Rojo para seguir prendido en la lucha por llegar a cuartos de final, pero poco más que eso.
El fútbol precisa de ingredientes indispensables para convertirse en un espectáculo que valga la pena ver. El primero de ellos es el atrevimiento. Pensar antes en hacer valer las virtudes propias que en anular las ajenas, tomar los riesgos necesarios para lastimar al rival en lugar de moverse con el freno de mano puesto, ponerle un toque de vértigo a los movimientos con la pelota y no el ritmo lento de aquel pretende sobre todo asegurarse de no cometer errores, sumar al ataque más gente de la previsible para sorprender aunque pueda implicar asumir de vez en cuando el riesgo de desarmarse en defensa si algo sale mal.
Síntesis de Unión 0 vs. Independiente 0
Nada, pero nada de eso ocurrió durante el pésimo partido que perpetraron Unión e Independiente. Cuando el temor a otorgar ventajas le gana por goleada a todo aquello que le da sabor al juego el resultado inevitable es el aburrimiento.
El Rojo, al menos, podría exponer que quiso algo más durante más tiempo, que tuvo más control de la pelota y generó algún acercamiento más al área local, siempre mal terminados u obstaculizados por el mar de piernas que el Tatengue acumuló en defensa. En realidad, sería apenas una coartada que ni siquiera alcanza para disimular la pobreza mostrada en variantes y recursos atacantes.
Alan Velasco, el pibe elevado a la categoría de Joya por el “mundo Independiente” es hábil, rápido y suele mostrar inteligencia para ubicar espacios vacíos a espaldas de los volantes rivales y desde ahí aprovechar su gambeta o su buen disparo desde afuera. Sin embargo, los técnicos que pasan por el Rojo se empeñan en volcarlo sobre la raya, donde se le hace más difícil imponer sus cualidades, más aún si el rival le dobla la marca, como hizo Unión con Vera y Pittón.
El 3-4-3 que según Julio Falcioni utiliza su equipo solo puede adquirir carácter ofensivo si los laterales son profundos y decisivos. Amenazó con serlo Bustos en los primeros minutos aunque sin definición; ni siquiera lo intentó Ortega del otro lado. Cabría pensar que alguno de los dos mediocampistas aparezca por sorpresa entre los centrales de enfrente para provocar cierto desorden, pero ni Blanco ni Lucas Romero se hicieron cargo de esa misión.
De esa forma, y con infinitas imprecisiones en los pases, el Rojo fue abortando cualquier buena intención de llegada con peligro. Ni siquiera supo aprovechar los dos o tres errores cometidos por el fondo local.
Lo de Unión fue todavía peor. Se refugió en su campo durante 75 minutos con el único objetivo de entorpecer las acciones del adversario y ni siquiera amenazó con acercarse al territorio de Sosa. Se defendió con corrección, pero le costó horrores dar tres pases seguidos con cierto sentido y se convirtió en colaborador principal para provocar el bostezo.
La segunda mitad regaló la rareza de dos ocasiones. Perdió la primera Silvio Romero mano a mano con Moyano; fallaron en la misma jugada Comas y García del otro lado. Eso fue todo. Un partido olvidable, un empate lógico. Una auténtica zancadilla al fútbol.
Más leídas de Deportes
Sonríe Toto Wolff. Las asombrosas ganancias de Mercedes en 2023: cómo marcó un récord sin haber ganado en la Fórmula 1
El club que asombra a Inglaterra. Tocó fondo, casi desaparece y renació con la fortuna del actor de Deadpool
"Nunca muere". En Madrid celebran al "Rey" de la Champions y al arquero-récord, pero en Barcelona se lamentan por Guardiola...