Carta abierta desde Dinamarca a Werthein y Mac Allister pidiendo una salida digna para Mario Goijman
El director de Play the Game, una importante organización que investiga la corrupción en el deporte mundial, envió una carta abierta a LA NACION desde Dinamarca abogando por el ex presidente del voleibol argentino
Carta abierta a Gerardo Werthein, Presidente del Comité Olímpico Argentino y Miembro del COI, Carlos MacAllister, Secretario de Deportes de la Nación, y Ary Graça, Presidente de la Federación Internacional de Voleibol:
El deporte le debe una salida a Mario Goijman, denunciante de la corrupción
Por Jens Sejer Andersen, fundador y director internacional de Play the Game
En estas horas Argentina sirve como anfitrión de un evento espléndido y prestigioso, al reunirse en Buenos Aires centenares de dirigentes de uno de los deportes globalmente más queridos y más rentables, el voleibol.
En el Hilton Hotel habrá champagne, habrá fiesta, habrá discursos sobre el valor que tiene el deporte para formar la juventud, habrá elogios para Buenos Aires por sus preparativos para los Juegos Olímpicos de la Juventud 2018.
Pero también habrá silencio. Habrá olvido. Habrá hasta resistencia contra quienes se atrevan a recordar. Callarán sobre la deuda enorme que el mundo de voleibol dejó durante su última visita a Argentina hace 14 años. Una deuda de más de un millón de dólares.
Para una Federación olímpica internacional o una nación entera, una suma de ese tamaño no tiene gran importancia, pero cuando una sola persona debe semejante cantidad, es fácil imaginar que tarde o temprano, esa persona se hunda hasta las rodillas.
Justamente en estos días, el que supo ser colega de los dirigentes del voleibol que celebrarán en el Hilton, está al borde de salir a la calle con sus dos perros, desamparado, arruinado, depresivo y diabético.
Hablamos de un ciudadano argentino, el ingeniero Mario Goijman. Durante la última visita del voleibol internacional a la Argentina en 2002, él fue el eje de los eventos, él fue el objeto de los aplausos. En medio de una crisis económica terrible en la Argentina, él logró organizar un Campeonato Mundial exitoso y contribuir a un mejor imagen internacional de su patria.
Pero Mario Goijman pagó un precio demasiado alto. Como empresario de buen pasar, garantizó unos 800.000 dólares en préstamos personales y bancarios, garantizó personalmente por cada peso. Corrió un riesgo, sí, pero conociendo las reglas internas de la FIVB, él tenía confianza en recuperar el dinero desde la federación internacional.
Conocía las reglas, pero no conocía suficientemente al entonces presidente del voleibol, el mexicano Rubén Acosta. Después de una serie de enfrentamientos, el omnipoderoso Acosta decidió echar tanto a Mario Goijman como a toda la Federación Argentina de la familia del voleibol. Y como consecuencia, la FIVB se negó a pagar sus deudas y sigue sin querer pagarla al día de hoy.
En los años siguientes Goijman trabajo arduamente para demostrar que Ruben Acosta era uno de los dirigentes deportivos más corruptos que se conocieran en el mundo. La propia FIVB estimó que Acosta se enriqueció con más de 33 millones de dolares pertenecientes al deporte y sus deportistas.
Hoy en día, el nuevo presidente de la FIVB, el brasileño Ary Graça, destaca que "el voleibol está inequívocamente en una época dorada de éxito", aunque parece haber olvidado a quién se debe gran parte de ese éxito: a Goijman. La documentación recogida por él fue decisiva para forzar a Acosta a dejar su cargo en 2008, y ya en 2004 fue clave para que el Comité Olímpico Internacional se despidiera de uno de sus miembros más controvertidos, que no era otro que Acosta.
En esta cadena de sucesos útiles para su deporte, Goijman se gastó todos sus recursos financieros y psicológicos sin nunca recibir una rehabilitación merecida y una compensación justa desde el lado del deporte que había ayudado a rescatar.
He seguido personalmente durante veinte años el deporte internacional y sus numerosos escándalos, y nunca ví un caso tan injusto como el de Goijman. Nunca ví tantas instituciones mirar para otro lado cuando se les pide estar a la altura de los valores éticos que predican.
En estas horas, el drama se juega con toda claridad en Buenos Aires. Una organización superpoderosa y rica se enfrenta con el espejo de su pasado ante la aparición de Mario Goijman.
Espero que los dirigentes vean una imagen que los inspire a cambiar sus actitudes, espero que entiendan que el reflejo de un hombre anciano, empobrecido, enfermo, desesperado, la imagen de Mario Goijman, es la imagen de una responsabilidad que los líderes deportivos comparten y que tienen que asumir ahora mismo, porque pronto podría ser tarde.
Mario Goijman es una persona dificil, no cabe duda. Pero siempre fue una persona honesta e íntegra, al contrario de muchísimos dirigentes deportivos. Y en su lucha incansable contra el abuso en su deporte contribuyó a levantar el prestigio de la Argentina y del voleibol internacional.
Ahora llegó el momento de devolverle lo que se le debe, hay una posibilidad de cancelar sus últimas deudas y de que reestablezca una vida normal.
Llamo a todos los dirigentes que aman al deporte para que reconozcan el esfuerzo de un compatriota, de un colega, pidiéndoles que se muestran dispuestos a poner de lado envidias personales para proteger la integridad y la humanidad del deporte.
Llamo en particular a los señores Gerardo Werthein, Presidente del Comité Olímpico Argentino y miembro del COI, Carlos MacAllister, Secretario de Deportes de la Nación y Ary Graça, Presidente de la Federación Internacional de Voleibol.
Ustedes tienen los cargos y el poder, ustedes pueden estrechar la mano, ustedes tienen la llave de una puerta que al mismo tiempo cierre los fantasmas del pasado y se abra hacia una vida digna para Mario Goijman.
gs
Jens Sejer Andersen
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