Crisis sanitaria. Advierten que se deteriora el nivel de gasto en salud
Así lo afirman las clínicas privadas
Entre fines de 2001 y octubre pasado, el costo de los insumos médicos se incrementó en promedio alrededor del 150%: los productos medicinales, por ejemplo, se encarecieron un 62%; los aparatos y accesorios terapéuticos, un 56%, y los equipos para prácticas, fabricados en el país, un 119%. Más modesto fue el aumento que tuvieron los aranceles cobrados por las clínicas y sanatorios por intervenciones quirúrgicas e internación de pacientes: en este caso, el desembolso promedio que hicieron los financiadores del sistema (obras sociales, PAMI y prepagas) fue del 32 por ciento.
Ese desfase, según advierten los responsables de los sanatorios privados, provoca un efecto de racionalización en la compra de insumos y en la actualización de la tecnología médica, en un sector muy sensible a la calidad de los servicios. Los datos sobre la evolución de costos están incluidos en un informe de la Asociación de Clínicas, Sanatorios y Hospitales Privados de la República Argentina (Adecra) -que agrupa a más de 200 entidades en todo el país- y se basan en informes de precios del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec). El trabajo menciona también que, en el período considerado, los precios que las prepagas cobran a sus asociados subieron en promedio un 51% y que la recaudación per cápita de las obras sociales creció un 74%, según la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP).
"Además de que se compran menos insumos, es de esperar que las restricciones presupuestarias también lleven a deteriorar la calidad. La experiencia común es que las clínicas se ven forzadas a sacrificar calidad en pos de mantener cantidades de insumos que no pueden ser racionalizadas, más allá de un mínimo básico indispensable", advierte en tono crítico el informe. Según un cálculo realizado con datos de 2004 -el último año con estadísticas completas sobre los costos- , desde 2001 el gasto real en salud -es decir, la erogación nominal corregida por la inflación del sector- se deterioró un 18%. Según los empresarios del sector, esto demuestra que hoy se asignan menos insumos y de menor calidad a la atención médica. Entre los diferentes componentes del gasto, la mayor caída se concentró en los insumos, con una baja del gasto real del 27 por ciento.
Financiamiento
El sector está financiándose en parte con un recurso que le otorgó la ley de emergencia sanitaria. De acuerdo con una encuesta realizada por Adecra el año pasado, la mitad de las clínicas no cumple con todas sus obligaciones impositivas, y lo hace al amparo de la citada norma, que impide ejecuciones de la AFIP. Así, ya se acumulan deudas por casi $ 700 millones.
"Esta situación necesita una solución de fondo", advirtió el presidente de Adecra, Francisco Díaz. El directivo recordó que, cuando el año pasado las entidades empresariales se sentaron a negociar con el sindicato de la sanidad subas de los salarios de convenio, el Gobierno se comprometió a analizar una serie de medidas para aliviar la crisis de la actividad, una de las que resultaron más afectadas por la devaluación del peso.
La única respuesta fue la prórroga de la ley de emergencia sanitaria que, lejos de ser una solución de fondo, permite que el sector siga pateando para adelante y acrecentando su problema de deuda tributaria. Según Díaz, a esos incumplimientos se suma que algunos sanatorios no podrían pagar las subas salariales pactadas el mes pasado, cuando se llevó el básico de una enfermera a $ 1070 mensuales.
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