Afirman que Japón se encamina hacia una recesión "inesperada" a causa de la crisis
Así lo señaló el ministro de Economía nipón, tras aumentar las previsiones de contracción de la segunda economía mundial; "esta crisis no tiene precedentes", aseguró
TOKIO (EFE).- El gobierno de Japón hizo más pesimistas hoy las previsiones de contracción de su Producto Bruto Interno (PBI), que aumentaron al récord del 3,3%, y apostó por nuevos planes de emergencia para reactivar la segunda economía del mundo, en su peor crisis de posguerra.
El ejecutivo nipón auguró que la situación económica seguirá siendo de momento "muy grave" al dar a conocer su nuevo cálculo para 2009, que contrasta con el 0 por ciento de crecimiento estimado en diciembre.
El ministro de Economía y Finanzas, Kaoru Yosano, no ahorró en calificativos para describir la recesión japonesa durante la presentación de un plan de estímulo.
En palabras de Yosano, "esta crisis no tiene precedentes" y se "ha agravado de manera inesperada" debido al desplome de las exportaciones a un ritmo desconocido hasta ahora, que se espera caigan en el actual año fiscal un 27,6 por ciento.
El titular de la cartera de finanzas hizo un llamamiento para cambiar de orientación toda la economía nacional, altamente dependiente de las exportaciones y de sus mayores socios comerciales, como Estados Unidos y Europa. "Japón necesita cambiar la economía desde su dependencia en la demanda externa hasta un crecimiento motivado por la demanda interna", afirmó Yosano.
Asimismo, el principal responsable económico nipón dijo que el país aún es vulnerable al riesgo proveniente de las instituciones financieras europeas y estadounidenses, que podrían ser nefastas para el sector bancario japonés.
Después de dos planes de gasto fiscal de emergencia para frenar el alcance de la crisis, el gobierno propuso hoy ante el Parlamento un nuevo paquete extra, que se sumará al presupuesto para el ejercicio de 2009, el mayor de la historia del país.
Haciendo honor a los grandes números, el presupuesto adicional de 151.500 millones de dólares presentado hoy se ha convertido en el mayor de la historia del país y oficializa lo que muchos calificaban como la peor crisis de posguerra.
Conforme a ese plan, Japón emitirá bonos del Estado por casi 11 billones de yenes (113.400 millones de dólares) para financiar el nuevo gasto fiscal, con lo que la venta de bonos en 2009 llegará a su mayor volumen desde el fin de la Segunda Guerra Mundial.
Según los cálculos del gobierno del primer ministro, Taro Aso, este plan impulsará el PBI un 2 por ciento durante el actual año fiscal. A la vez, pretende dirigir la economía para favorecer las energías renovables y mejorar los servicios para la envejecida población japonesa.
Con este tercer plan de gastos, las medidas de emergencia ascienden a 25 billones de yenes (258.297 millones de dólares) desde que a mediados de 2008 la crisis hipotecaria de Estados Unidos se extendiera hasta contraer la demanda de los socios comerciales de Japón.
Desde el año pasado los grandes exportadores nipones han visto cómo sus ventas se hundían a ritmos de dos cifras. En consecuencia, las grandes multinacionales han recortado empleos y se han visto forzadas a bajar los precios y pelear con un yen fuerte, hasta llevar al país a coquetear con la temida deflación.
En este escenario confluyen, además, los choques políticos en el Parlamento y cuyo principal punto de crítica es el primer ministro, del que todos esperaban la convocatoria adelantada de elecciones, previstas para septiembre, por su baja popularidad.
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