Límites a la importación. América latina no se defiende bien, según el Banco Mundial
Desde la apertura económica, la región utilizó poco las protecciones comerciales
El Banco Mundial presentará hoy en Washington un libro que concluye que, a partir de la apertura económica de los 90, América latina ha hecho un "uso relativamente cauto" de los instrumentos para limitar las importaciones (antidumpings y salvaguardias), "que en muchos casos se refleja en la no imposición de medidas, cuando en la práctica las reglas de la OMC [Organización Mundial de Comercio] lo hubieran permitido". La publicación, escrita por un economista retirado del Banco Mundial, Michael Finger, y un ex subsecretario de Comercio Internacional de la Argentina, Julio Nogués, concluye también que la experiencia latinoamericana puede contribuir a la reforma de las normas de la OMC, de modo que ayuden a los gobiernos a administrar la liberalización comercial, en lugar de convertirse en simples medidas proteccionistas.
La Argentina fue entre 1995 y 1999 uno de los países que aplicaron más medidas antidumping (contra la venta por debajo del costo, que es considerada competencia desleal): impuso 65, sólo superadas por la Unión Europea (105), Estados Unidos (104) y Sudáfrica (75). Entre 1995 y 2004, la Comisión Nacional de Comercio Exterior (CNCE) inició 111 investigaciones sobre presunto dumping -venta por debajo del costo, que es considerado competencia desleal- y determinó que en un 76,6% de los casos se producía daño en la industria local.
El país recibió sólo 20 pedidos de salvaguardias de parte de productores presuntamente dañados: 11 fueron rechazadas antes de iniciarse la indagación del hecho, una fue retirada por el solicitante, otra fue devuelta al peticionante porque la información presentada era insuficiente y las restantes siete dieron comienzo a pesquisas. Seis desembocaron en la aplicación de salvaguardias.
Los autores del capítulo argentino del libro "Salvaguardias y antidumpings en la liberalización comercial en América latina. Combatiendo el fuego con fuego" fueron Nogués, profesor de la Universidad Di Tella, y Elías Bacarat, de la Universidad del CEMA. Tomaron los datos a partir de 1995 porque ese año se formó la CNCE, de la que destacan su actuación profesional aunque advierten sobre su falta de recursos. Manifiestan que en los primeros años de la apertura económica, el gobierno de Carlos Menem demoró las decisiones sobre las investigaciones de dumping mientras se adoptaban las nuevas normas de la OMC y se armaba la estructura de la CNCE.
Un tercio de las indagaciones sobre dumping (36) fueron pedidas por los fabricantes de acero y sus manufacturas. "Durante los 80 habían sido blanco de diversas investigaciones, especialmente en el mercado de Estados Unidos. Esta industria estaba más alerta que otras acerca del uso de antidumping", explican Nogués y Bacarat. En un 94,4% de los casos consiguieron la protección.
Los productores químicos solicitaron 14 investigaciones, pero en menos de la mitad (42,9%) lograron un resultado favorable. Se analizaron 11 casos de bienes de consumo duradero y en todos se comprobó el daño.
Convertibilidad
"La sobrevaluación de la moneda, combinada con la recesión, aumentó la probabilidad de la existencia de daño, que debería verse reflejada en un número creciente de determinaciones positivas", indican Nogués y Bacarat. A partir de la devaluación y la recuperación económica iniciada en 2002, las solicitudes y las iniciaciones de investigaciones se redujeron en número.
El libro considerada "desafortunada" la experiencia argentina en el uso de las salvaguardias para "afinar" la liberalización comercial. Sólo se aplicaron en defensa del calzado, duraznos en lata, textiles de algodón y de poliéster -todos estos casos fueron desestimados parcial o totalmente por la OMC- y ciclomotores.
"Las salvaguardias fueron prácticamente inútiles para la comunidad empresarial", señala la publicación. Como aspecto positivo, rescata que la liberalización comercial, a diferencia de lo ocurrido tras otras crisis, se mantuvo. También advierte que "la industria brasileña posee una capacidad industrial suficiente como para aplastar a los productores argentinos", por lo que recomienda negociar la recreación de salvaguardias en el Mercosur. La Argentina y Brasil se proponen hacerlo antes del martes próximo.
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