La Cámara de Diputados aprobó ayer y giró al Senado el proyecto de ley de promoción de biocombustibles -que se producirán a partir de materias primas de origen agropecuario, agroindustrial o desechos orgánicos mezclados con diesel o nafta- con el propósito de crear una alternativa a los recursos no renovables.
El proyecto, que ahora deberá debatir el Senado, instaura un régimen de promoción que durará 15 años en el cual podrán participar aquellas plantas productoras y mezcladoras expresamente habilitadas por la autoridad de aplicación: el Poder Ejecutivo.
Tanto en el caso del bioetanol como en el del biodiesel, la mezcla con nafta o con diesel/gasoil, respectivamente, deberá contener como mínimo un 5 por ciento del componente de origen orgánico. Los proyectos para radicar industrias de biocombustibles en el territorio nacional, que sean autorizados y obtengan su inclusión en el cupo de los incentivos fiscales dispuesto por el Poder Ejecutivo, podrán amortizar su inversión a cuenta del impuesto a las ganancias y se propone que no integren la base de imposición del impuesto a la ganancia mínima presunta.
También se los exime del impuesto sobre los combustibles líquidos y el gas natural, la tasa hídrica y el tributo al gasoil sobre la parte de biocombustible que vaya mezclada con combustibles derivados del petróleo.
El monto máximo destinado a los cupos fiscales que establece el proyecto será fijado por el Congreso, aunque el Poder Ejecutivo será quien lo distribuirá de acuerdo con la reglamentación de la norma.
De todas maneras, se dará prioridad a las empresas pequeñas y medianas, principalmente a los cultivos regionales.
