Salvaguardias. Brasil pide reconversión industrial
Los negociadores de la Argentina y Brasil mantuvieron ayer en Buenos Aires un diálogo positivo sobre la creación de la cláusula de adaptación competitiva (CAC, la salvaguardia que frenaría importaciones dañinas dentro del Mercosur), pero todavía existen diferencias sobre cómo debe controlarse el proceso de reconversión de los sectores protegidos.
Ambas partes acordaron un cronograma de encuentros, comenzando la semana próxima en Brasil, para rubricar un acuerdo a fines de mes, tal como estaba planeado, y no en la visita oficial del presidente Néstor Kirchner a ese país, el miércoles y jueves próximos, según informaron fuentes de la cancillería brasileña.
La CAC resguarda a los productores dañados, o bajo amenaza de daño, durante tres años y los dos países están de acuerdo en que, mientras tanto, deben prepararse para volver a competir libremente. La disidencia radica en que Brasil pide que el llamado grupo de análisis de procedimiento, que controlará la justa aplicación de la CAC, también monitoree que se cumpla con el programa de adaptación, que incluirá compromisos de inversión y otros objetivos específicos.
Otros dos desacuerdos surgieron ayer en el encuentro entre la delegación argentina, que encabezaron el secretario de Industria, Miguel Peirano, y el subsecretario de Integración Económica, Eduardo Sigal, y la brasileña, que comandaron el embajador en Buenos Aires, Mauro Vieira, el jefe de Gabinete del vicecanciller, Ruy Pereira, y el encargado del Departamento de Integración Latinoamericana, José Antônio Marcondes de Carvalho. Uno es por el modo en que se buscará primero un acuerdo entre los sectores privados antes que recurrir a la CAC. El otro diferendo consiste en que Brasil quiere que esta herramienta no se pueda superponer con medidas antidumping (venta por debajo del costo, que es competencia desleal) y otras barreras.
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