Los aeroaplicadores de la provincia de Buenos Aires quieren generar "un diálogo honesto" frente a los cuestionamientos que hay por las aplicaciones de agroquímicos.
Así lo expresó a LA NACION Walter Malfatto, revisor de cuentas de la entidad, que además contó que la actividad sufrió una fuerte caída en la facturación por la sequía.
"Como miembros de la comunidad agroalimentaria, pero también como miembros integrados a cada comunidad local en toda la provincia de Buenos Aires, estamos ocupados en poder generar un diálogo honesto con todos quienes se encuentren interesados en conocernos y estrechar vínculos mutuamente. Nos sentimos orgullosos de nuestra actividad, nos duele cuando nos adjudican acciones que dañan a la sociedad, cuando por el contrario contribuimos con nuestro trabajo diario a construir nuestras comunidades sin sentirnos ni más ni menos que nadie", dijo el dirigente de la cámara.
Malfatto contó que aeroaplicadores de la entidad han participado en Bragado en las acciones de control de barigüí, con municipios del centro y sudeste de la provincia en el control de tucura y contra los últimos incendios rurales en La Pampa y Mendoza.
La Cámara de Aeroaplicadores de la provincia de Buenos Aires nació hace 34 años y hoy posee 75 socios, mayoritariamente empresas agroaéreas, pilotos y socios adherentes.
"La actividad agroaérea cambió drasticamente desde los inicios de la cámara acompañando los cambios producidos en la agricultura del país y de la provincia, tanto en el plano tecnológico como en la profesionalización del negocio. Hoy mientras procuramos mejorar continuamente la calidad de nuestros servicios, estamos focalizados en acompañar a nuestras empresas en la adaptación necesaria a un nuevo contexto del paradigma producción-ambiente", dijo. El próximo viernes, en Bragado, la entidad hará una capacitación para el sector denominada "Volemos juntos".
Según Malfatto, la sequía golpeó duro a la actividad. "La campaña que está cerrando presenta resultados negativos generalizados del mismo modo que está sucediendo en toda la agricultura provincial que soportó una de las peores sequías de las últimas décadas. La actividad tiene una fuerte estacionalidad y la sequía tuvo su pico en plena temporada alta de demanda de aplicaciones aéreas", indicó.
"La sequía arrancó temprano en la zona núcleo, minimizando primero la población de plagas que bajó la demanda de aplicaciones de insecticidas y luego, la casi inexistencia de enfermedades fúngicas, tampoco requirió de uno de los servicios claves donde el avión puede ofrecer ventajas claras de oportunidad y capacidad de labor. Nuestros socios reportan caídas de facturación promedio de 50% con picos de hasta 80%", agregó.
Según señaló, con la llegada del otoño la actividad mejoró parcialmente "gracias a las siembras aéreas de verdeos y cultivos de servicios donde el avión agrícola se ha constituido en una pieza clave para esta herramienta fundamental para la sustentabilidad".
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