25 DE MAYO.- La mañana fría cerca de la localidad bonaerense de Estación Valdés, no impidió la concurrencia esperada a la primera jornada regional que realizaba Aapresid de 25 de Mayo.
La cita pactada a las 8.30 apresuraba a los organizadores en los últimos detalles. Cinco estaciones pautadas para el recorrido, perfectamente cronometrado, esperaban ser visitadas por los distintos grupos que rotarían durante el transcurso del día.
Para Andrés Garciarena, anfitrión y organizador del evento, los nervios previos se diluyeron esa mañana. Los días anteriores a la jornada fueron de mucho trabajo y la división de tareas para estructurar las distintas etapas del encuentro fue fundamental. La familia entera se brindó a colaborar para el evento. Las más de 200 personas dejaron por un día sus labores para compartir un día a pleno conocimiento entre colegas.
Cruz de Guerra fue el escenario del evento, que abrió las tranqueras de su establecimiento para contar sus prácticas, donde la esencia giró en torno a la sustentabilidad en los cultivos como estrategia sostenible en el tiempo.
Garciarena explicó lo importante que resulta exponer prácticas que para algunos productores son desconocidas: "Es un desafío importante donde uno trata de mostrar lo que hace. Por eso, el trabajo empezó hace tiempo, cuando se sembraron los lotes testigos".
Mariano Iturriaga llegó desde Bolívar. En diálogo con LA NACION, el productor destacó que las jornadas son enriquecedoras porque articulan miradas sólidas en la toma de decisiones, donde decantan los problemas y se encuentran soluciones.
"Se busca ir más allá del tema técnico, es decir encontrar salidas para el manejo de algunas actividades dentro de nuestros sistemas productivos", indicó y agregó que "es la sinergia que genera este trabajo, de una mañana técnica llegar al mediodía con un almuerzo fructífero para comentar los temas vistos ".
En un año particular para el agro, donde el sector trata de sobreponerse a las vicisitudes macroeconómicas, la dinámica de las jornadas que organiza la asociación, no solo no cambió sino que potenciaron su valor a través del intercambio de experiencias entre productores.
Para Iturriaga, la coyuntura económica no echó por la borda el entusiasmo de las jornadas, muy por el contrario. "Los momentos de crisis son oportunidades de manejo para analizar y estimar si el rumbo que uno toma es el correcto", dijo. Y afirmó que el trabajo del productor no es de un año para otro, sino que es hacia el futuro: "Esta no es la primera crisis, ya hemos pasado varias y salimos adelante, las crisis te fortalecen antes que debilitarte", dijo.
Los productores sostienen que las jornadas generan disparadores que quizás en el escritorio no se encuentran. "Estos encuentros traccionan para adquirir conocimiento, compartir vivencias y tener una mirada en conjunto. Es un día que el productor se toma para uno mismo, para analizar y fijar rumbos nuevos que a veces hay que cambiar y profundizarlos más", comentó Iturriaga.
Cultivos de servicio
Un lote de centeno totalmente pulverizado a la vera del camino en una de las primeras estaciones sorprendió a algunos asistentes. Hoy en día, cada vez más, los llamados cultivos de servicio o de cobertura se hacen presentes a la hora de proyectar una campaña.
Los sistemas de producción agroecológicos tienen el propósito de mejorar la fertilidad y la erosión del suelo (fijación de nitrógeno), mantener la humedad de los suelos desnudos y controlar malezas.
Un dilema es el costo extra que suma a la campaña. Si bien existe un gasto que se anticipa por implantación del cultivo de servicio, los expertos afirman que se produce un ahorro en el uso de herbicidas y una notable mejora en la nutrición de los cultivos comerciales posteriores.
También se presenta como una solución a lotes en zonas periurbanas donde el uso de fitosanitarios tiene restricciones legales.
Otra de las paradas que generó interés fue la de agricultura por ambientes. Allí, los especialistas explicaron los beneficios que tiene el manejo diferencial en estas prácticas, donde a través de planos altimétricos e imágenes satelitales se busca maximizar la aplicación de insumos para lograr un mayor potencial de rendimiento de un cultivo dentro de un mismo lote.
Conocer los distintos ambientes permite no solo establecer distintas dosis de fertilizaciones, sino también modificar las densidades de siembra óptimas para cada uno. Esto es para muchos el primer paso hacia una agricultura de precisión.