El grupo alemán Bayer prevé reducir para 2030 en un 30% la huella del impacto ambiental. Además, en los próximos diez años invertirá 5000 millones de euros en nuevos desarrollos para el control de malezas.
Así lo anunció la compañía, que apunta a alcanzar esta meta mediante nuevas tecnologías, la reducción en escala de los volúmenes de los productos para la protección de cultivos y una mayor eficiencia y precisión en la aplicación.
Para la empresa, la inversión ayudará a restablecer y mantener la biodiversidad, combatir el cambio climático y hacer un uso más eficiente de los recursos naturales.
Si bien el glifosato seguirá teniendo un papel importante en la agricultura y en la cartera de productos de Bayer, la firma se comprometió a ofrecer mayores opciones para los productores.
En diálogo con LA NACION, Luciano Viglione, director de Asuntos Públicos y Sustentabilidad Bayer Cono Sur, explicó que la inversión se basará en complementos del glifosato. "La idea es ir reduciendo, teniendo un uso más preciso con tecnologías de nuevas moléculas menos tóxicas, además de la complementación con componentes biológicos", indicó.
Para Viglione, la compañía germana apunta a brindar transparencia en lo que hace. "Tenemos la necesidad de generar un vínculo distinto con la gente. Queremos contar cómo hacemos las cosas. Mucha gente no tiene confianza por desconocimiento y eso genera duda", afirmó.
El ejecutivo remarcó que lo que se quiere es empatizar con la sociedad. "Escucharlos y que sean parte de verificación de los productos. Que no sea únicamente lo que se cuenta desde adentro hacia afuera, sino que sea la comunidad misma quien constate lo que pasa puertas adentro", dijo.
En este sentido, en la Unión Europea (UE), para fines de 2021, durante la próxima y nueva registración del glifosato, proceso burocrático que se lleva a cabo cada cinco y diez años donde se permite seguir usándolo, se va a convocar a la sociedad y a ONGs para que participen de la serie de encuentros en donde se entregarán estudios científicos de los productos químicos.
También la firma medirá el progreso alcanzado mediante la comparación del Coeficiente de Impacto Ambiental (EIQ, por sus siglas en inglés) contra los estándares vigentes actualmente en el mercado. El EIQ, establecido en la década del noventa por la Universidad de Cornell (Estados Unidos), relaciona volumen con toxicidad.
Para Werner Baumann, presidente del Consejo de Administración de Bayer AG, la empresa va camino a la integración de la nueva línea de negocios para la agricultura implementando una serie de medidas para impulsar la transparencia y la sustentabilidad en nuestras actividades.
"Seguiremos incrementando nuestros estándares de trabajo, impulsados por nuestro compromiso de contribuir a una vida mejor para esta generación y las generaciones futuras", señaló.