Según el análisis de los últimos movimientos de los inversores, asumieron una posición alcista para el segundo semestre; lo que ocurra entre julio y agosto con el tiempo en EE.UU. definirá la tendencia del mercado
Analizando el comportamiento del mercado de futuros en Chicago, tanto en soja como en maíz hay un común denominador, en ambos productos las posiciones futuras lejanas consolidan significativas bajas respecto de la posición futura más inmediata.
En el caso de la soja posición noviembre (US$560 por tonelada) se cotiza US$62 por debajo de la posición julio (US$622), una caída del 10% en dólares. Nos preguntamos qué están viendo los operadores para justificar una baja de semejante magnitud. En primer lugar, la producción de soja estadounidense se estima con un aumento de 6 millones de toneladas, pasando de los 120,71 millones del ciclo 2021/2022 a la nueva proyección de 126,78 millones para la cosecha 2022/2023.
En el nivel mundial el USDA proyecta para la nueva cosecha de soja un volumen récord de 395 millones de toneladas, versus los 352 millones 2021/2022. Si descontamos los 6 millones de toneladas que aumenta la cosecha de Estados Unidos, el remanente, de 37 millones de toneladas, es todo atribuible a la producción de Sudamérica.
Veamos, según las proyecciones del USDA, en Brasil la producción 2022/2023 aumenta en 23 millones de toneladas, mientras que en la Argentina lo hace en 8 millones y en Paraguay, en 6 millones. Ahí tenemos todo el incremento que impacta sobre la producción de soja mundial.
La pregunta de manual, ¿este aumento de producción que se proyecta para Sudamérica está asegurado? En la medida en que todavía no se ha sembrado la soja podemos aventurar que, por el momento, es solo una hipótesis de ocurrencia.
Dicho esto, ahora pasemos al análisis de la posición de los fondos en el mercado de Chicago. Al pasado 7 de junio las administradoras de fondos tenían una posición neta, resultante del volumen de los fondos comprados menos el volumen de los fondos vendidos, de 20,9 millones de toneladas compradas.
El dato más impactante de Chicago ha sido el cambio de las posiciones compradas y vendidas en el periodo que va del 6 al 10 de junio. La posición julio redujo su posición comprada en 8,6 millones de toneladas, mientras que las posiciones agosto, septiembre y noviembre vieron aumentada su posición de compras en 1,2, en 0,91 y en 6,9 millones de toneladas, respectivamente. En concreto los fondos vendieron 8,6 millones de toneladas de su posición julio (futuro corto), que ya habían comprado previamente, pero al mismo tiempo elevaron su posición comprada en 9 millones de toneladas en los futuros largos, noviembre, con 42,28 millones de toneladas de interés abierto.
Los fondos tomaron ventaja del “inverse” (baja) de US$62 por tonelada con que está operando el mercado entre los futuros largos, noviembre, y el futuro inmediato, julio, es decir venden caro y recompran la posición con US$62 de descuento. No hay duda que los fondos son alcistas para el segundo semestre.
Esto no significa que los fondos tengan razón y que con su maniobra se anticipen a lo que pueda suceder, pero tiene mucha lógica el cambio de posición que han tomado en estos últimos días. Por lo pronto queda por definir el mercado climático en las planicies estadounidenses y lo que ocurra en julio/agosto definirá los rindes, la producción y, en definitiva, la futura tendencia del mercado. La moneda está en el aire.
El autor es presidente de Pablo Adreani & Asociados
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