La menor oferta de Estados Unidos y de Ucrania, sumada a los problemas que se registran en la Argentina, configuran un escenario de firmeza para los precios del grano grueso
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La campaña de maíz está cerrada en el hemisferio norte, con una cosecha de EE.UU. que rindió 30 millones de toneladas menos que en el ciclo anterior y con una merma importante en la exportación de Ucrania. Tales comportamientos determinan que la oferta exportable mundial caiga 25/30 millones de toneladas con relación al ciclo anterior.
Con esos datos, las miradas se dirigen a los dos grandes actores del hemisferio sur: Brasil y la Argentina, que deberían aportar, según estima el USDA, una oferta exportable no inferior a los 85 millones de toneladas, lo que parece poco probable si se tiene en cuenta la situación de los cultivos en nuestro país. Por esa causa “el mercado de maíz sigue tenso, una condición que puede extenderse a buena parte del verano, aunque con alguna baja circunstancial luego de una lluvia”, señala Carlos Pouiller, director de AZ- Group.
Por lo expuesto, las posiciones abril y julio en el Matba Rofex están en los niveles más altos de los últimos años, a esta fecha. Los exportadores deberían embarcar 8 mill./t en marzo, abril y mayo, algo difícil de concretar por las mermas productivas, por lo que no debería descartarse que el Gobierno autorice postergaciones de embarques, medida con efecto bajista.
Posibilidades comerciales
En el contexto descripto, los productores que tengan posibilidad de entregar maíz temprano pueden adoptar distintas posturas, según Pouiller. La primera sería esperar que siga la tendencia alcista de precios, pero con esa conducta quedan expuestos al riesgo del mercado y a intervenciones oficiales. Una posibilidad más recomendable sería ir tomando precios a US$260 por tonelada por una parte de la producción y, eventualmente, comprar un call para captar una eventual suba futura.
Otra opción es poner pisos de precios con una cobertura flexible –por ejemplo, un put de US$248 por tonelada con una prima de 6,70–, lo que permite quedar abierto a alguna suba.
Para el maíz con entrega en julio se ofrecen US$237 por tonelada, un muy buen precio, que podría tomarse acompañado de un call en Chicago. Otra posibilidad es la compra de un put o hacer un “piso-techo” buscando asegurar pisos de 215/220 dólares por tonelada. Ambas coberturas tienen reacción a la suba.
Como última instancia, para diversificar riesgos, se puede analizar tomar un basis contra Chicago julio. En definitiva, la estrategia sería asegurar estos altos niveles de precios quedando dolarizados y con flexibilidad alcista.
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