"Estoy recibiendo bastantes consultas y pedidos de semilla de trigo durante los últimos días. Muchos quieren cambiar grano de soja por bolsas de semillas y fertilizantes; parece que se viene una campaña pujante", comentó el titular de una casa de venta de insumos de Junín, en diálogo con un cliente.
"Lo que pasa es que con los 114 dólares por tonelada que promete el Mercado a Término para enero de 2005, el trigo resulta un cultivo rentable, que se siembra con costos relativamente bajos", convalidó el cliente.
En sintonía con estas opiniones, las primeras impresiones relativas a área por sembrar con el principal cereal de invierno anticipan aumentos respecto de la superficie de 2003. Los productores quieren tomarse la revancha de la soja de bajos rindes y buscan aprovechar la humedad acumulada con las lluvias de abril. En la decisión también influyen los buenos resultados de trigo obtenidos en el ciclo 2003/2004, a pesar de la sequía que acompañó gran parte de la campaña. Esos buenos rendimientos demuestran que el trigo es un cultivo noble, cada vez más resistente a adversidades gracias al mejoramiento genético y al paquete tecnológico que se desarrolló en los últimos años.
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En opinión de los analistas de mercado, el panorama mundial de cereal es muy positivo porque hubo una reducción de la producción superior a los 15 millones de toneladas en la campaña 2003/2004, provocada básicamente por el fracaso de las cosechas de Europa y de la región del Mar Negro. "Aunque la producción del ciclo 2004/2005 fuera normal, primero debería compensarse el faltante del año anterior; recién después habría que pensar en caídas de precios", señala Ricardo Baccarín, de la corredora Panagrícola SA. Otros dos factores positivos para el trigo son la caída de los stocks mundiales por tercer año consecutivo y la gran siembra de soja y maíz que se pronostica en EE.UU., que puede reducir el área destinada al trigo. Esta situación internacional favorable compensaría el efecto de menores compras de Brasil, que va aumentando gradualmente su producción interna año tras año.
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El gran acicate que constituyen los altos precios a término está llevando a muchos productores a mantener o aumentar el área destinada al cereal en la rotación y a planificar un buen nivel tecnológico. "Estamos buscando lotes con buena fertilidad y con pocas malezas que recibirán todo el fertilizante necesario para alcanzar rindes de 40 quintales", asegura un productor del norte de Buenos Aires, que cosechó 38 quintales por hectárea en 2003. "También estamos reservando variedades con buen potencial de rendimiento para que se pueda expresar la tecnología que apliquemos", agrega.