Geraldo Alckmin tildó de “negacionista” de las cuestiones climáticas a la gestión libertaria, luego de que los funcionarios enviados a Azerbaiyán recibieran la orden de regresar al país
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BAKÚ, Azerbaiyán.- El vicepresidente de Brasil, Geraldo Alckmin, lamentó la decisión del gobierno de Javier Milei de retirar su delegación de la cumbre del clima COP29 en esta ciudad, por una orden expresa de la Cancillería, ahora a cargo de Gerardo Werthein. En declaraciones desde la capital azerbaiyana, el número dos del presidente Luiz Inácio “Lula” da Silva tildó de “negacionista” de las cuestiones ambientales a la gestión libertaria.
“Lamentamos su salida, ya que el negacionismo frente al cambio climático es muy perjudicial”, aseveró Alckmin. Sus declaraciones toman más relevancia porque se dan en la previa del G20 que se hará en Brasil, evento en el que confluirán tanto Lula como Milei, quienes mantienen fuertes fricciones e incluso -hasta ahora- ni siquiera ahí tendrán una bilateral.
Durante una conversación con la prensa, el vicepresidente brasileño -quien asistió a la cumbre desde el primer día- destacó la importancia de participar en estos eventos. “Si miramos, por ejemplo, el área de la medicina y la salud pública, ¿cómo se ha duplicado la expectativa de vida en el mundo hasta prácticamente los 80 años? Fue gracias al agua tratada, las vacunas y los antibióticos. La ciencia está aquí para ayudar a la humanidad, para que las personas tengan una mejor calidad de vida,” dijo Alckmin, quien resaltó el impacto positivo de la cooperación internacional.
El miércoles se conoció que, tras participar en los primeros días de la cumbre, los tres técnicos enviados por la Secretaría de Ambiente de la Argentina con la misión de realizar informes y capacitaciones recibieron la orden de regresar al país por directivas de la Cancillería. Y es que luego de la expulsión de Mondino, el Ministerio de Relaciones Exteriores que encabeza Gerardo Werthein pretende seguir la línea marcada por el presidente Milei con todas las delegaciones extranjeras. En tanto, los cuatro funcionarios que viajaron por Cancillería, que tampoco ingresaron en el recinto en el que se llevan adelante los debates, no se sabe si dejarán Bakú en las próximas horas.
Este movimiento de la Argentina en la COP 29, que sorprendió a la comunidad internacional, también fue apuntado por la ministra de Medio Ambiente y Cambio Climático de Brasil, Marina Silva, quien calificó la decisión como “una disonancia que va en contra de los esfuerzos que se están haciendo y que necesitan intensificarse”.
La funcionaria además afirmó que aquellos países que persistan en un modelo de producción con una alta huella de carbono verán perjudicados sus productos en el mercado global. Y lanzó una advertencia: dijo que las naciones que se nieguen a cumplir con los acuerdos “no quedarán impunes” ante la presión de sus sociedades.
Silva tampoco dudó en calificar la postura de la Argentina como un retroceso para la región. Dijo que “es una disonancia que va en contra de los esfuerzos que se están haciendo y que necesitan intensificarse”. Sin embargo, la ministra subrayó que esta decisión no afectará la determinación de las naciones comprometidas con los objetivos climáticos. “Los países comprometidos con la ambición climática, con la protección de la vida de las personas y de sus inversiones, que serían altamente perjudicadas por el agravamiento del cambio climático, seguirán adelante con fuerza y calidad para hacer frente a cualquier movimiento contrario”, aseguró.
La funcionaria brasileña advirtió que las naciones que opten por mantener una producción basada en modelos intensivos en carbono, como los que predominaron en el siglo pasado, sufrirán las consecuencias en el mercado global. “Aquellos que insisten en producir con una alta huella de carbono verán sus productos perjudicados, ya que mientras algunos harán esfuerzos de cambio tecnológico e inversión para lograr resultados de producción con menos emisiones, no podrán competir con quienes quieren seguir con una economía intensiva en carbono, como en el siglo XX”, afirmó.
Al ser consultada sobre el impacto de la reciente reelección de Donald Trump en Estados Unidos y el posible resurgimiento de las posturas en contra de políticas climáticas, la funcionaria brasileña se mostró optimista respecto a los logros alcanzados por el G20. La ministra subrayó que, pese a los desafíos, “el G20 ya logró los avances que se esperaban” y acotó: “Hemos sido capaces de discutir desde el pago por servicios ecosistémicos hasta la tributación de los ultrarricos”. Asimismo, destacó que, por primera vez, se logró fusionar la agenda climática con la financiera, con un compromiso explícito de presidentes de bancos centrales, ministros de Finanzas y de Medio Ambiente en torno a la meta de limitar el calentamiento global a 1,5 grados.
“En el caso de aquellos que tienen una visión negacionista, debemos separar sus sociedades de sus políticas y sus ideologías. Muchas personas pueden incluso estar de acuerdo con ciertas posturas sobre la cuestión del clima, pero no quieren ver la vida de sus familias amenazadas ni quieren que sus negocios se vean perjudicados”, dijo. En este sentido, señaló que quienes abandonen el Acuerdo de París y se nieguen a asumir responsabilidades para proteger el planeta “no quedarán impunes ante la presión que sus propias sociedades ejercerán sobre ellos”.
Con una cita atribuida al célebre músico brasileño Gilberto Gil, Silva reflexionó: “El pueblo sabe lo que quiere, pero también quiere lo que no sabe”. En eso, la ministra insistió con que el tiempo juzgará duramente a aquellos que, teniendo los medios y el conocimiento tecnológico para actuar, no lo hicieron. “En muchos momentos de la historia, aquellos que pudiendo actuar y teniendo los medios y el conocimiento tecnológico para hacerlo, no lo hicieron, serán doblemente cuestionados por las generaciones futuras”, advirtió.
En cuanto a las expectativas de Brasil respecto al financiamiento climático, Silva señaló la necesidad de compromisos más ambiciosos por parte de la comunidad internacional. “Esperamos que el financiamiento climático esté a la altura del objetivo de 1,5 grados”, afirmó. La ministra recordó que existen “una serie de regulaciones y compromisos asumidos durante más de tres décadas que enfrentan un cuello de botella en su implementación”. Para superar este obstáculo, destacó la urgencia de “recursos financieros en el orden de los trillones” que permitan acelerar la transición hacia una economía verde. “Eso es lo que necesitamos lograr aquí: un compromiso claro de financiamiento para esta nueva fase”, concluyó.
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