Correo de lectores
Se puede
El conflicto desatado por el Gobierno contra el campo ha llegado a un punto en su evolución que nos obliga a ejercer nuevas formas de lucha , eso sí, en un escenario embarrado por funcionarios oficiales. Para comprender esta nueva realidad es prioritario bucear en el núcleo duro de las decisiones gubernamentales , porque entendiendo su lógica, interpretaremos la razón de sus acciones. Para ello debemos tener presente que sus principales personajes provienen en algunos casos, de una militancia ultra y maniquea, en otros, de una conversión de última hora, lo que produce que muchas de sus decisiones estén impregnadas de un fundamentalismo anacrónico, agravado aún más en este caso en particular, por el desconocimiento que exhiben de la realidad profunda del sector agropecuario. Levantan viejas consignas : oligarquía vacuna , golpistas , etc. para justificar así sus posteriores acciones: retenciones a los que más ganan para una más justa redistribución de los ingresos. Pero el fondo de la cuestión es otro: el modelo económico, base de acumulación de poder del kirchnerismo, pareciera estar agotándose Frente a este estado de situación, el Gobierno apeló a su vieja y conocida fórmula: retoque de las retenciones agropecuarias para hacerse de los fondos necesarios bajo la presunción de que el sector no iba a reaccionar. Se equivocó y la realidad le devolvió una imagen que no estaba en los cálculos oficiales, ya que no sólo el campo reaccionó sino que encontró la comprensión y la solidaridad de los sectores medios urbanos a sus reclamos, constituyéndose ello en un dato no menor para el desarrollo del conflicto. Es por tal razón que debemos demostrar que no sólo coraje tenemos , sino que también reconocemos la solidaridad social hacia el justo reclamo, devolviéndole en consecuencia con la nuestra por los malos y no deseados momentos vividos durante el paro. Por lo tanto, en esta difícil hora, mantener dignamente el reclamo pasa por circunscribir nuestras acciones solo a la actividad específica. Ello implica desde mi punto de vista, que en los hechos coordinemos en todo el ámbito nacional bloqueos, en cada uno de nuestros pueblos y por tiempo determinado, a la salida de camiones y operativos ferroviarios de granos y ganados hacia sus destinos finales: puertos, fábricas, frigoríficos y mercado de hacienda con lo cual continuamos en la lucha pero sin resentirla y por lo tanto evitando su debilitamiento. Además, repetiremos esta metología cuantas veces sea necesario para que el Gobierno entienda de una buena vez la magnitud de la crisis que ha desatado y revea de tal modo su postura.
El incendio
Disipado el humo de los extraños incendios que enrareció el aire de Buenos Aires es posible volver a reflexionar sobre el momento que estamos viviendo. Se le adjudica a Perón una frase que suena a consejo del Viejo Vizcacha y que el actual gobierno ha puesto en práctica en su manejo del conflicto con el campo. Según la misma, "para no resolver jamás un asunto hay que crear una comisión que se haga cargo del mismo". Lo que el tiempo develará es qué se propone, y si tiene éxito en el intento, el matrimonio presidencial entreteniendo a los dirigentes con reuniones inconducentes y, paralelamente mandándolo al secretario Moreno a amenazar a todos los relacionados con la producción y el comercio de la carne vacuna y pronunciando la presidenta discursos del mismo tono del que desató los cacerolazos que después mandaron a reprimir con D Elía. Fracasados sus intentos de dividir a las entidades me parece que la Presidenta; el ex presidente y sus laderos no alcanzan a percibir que sus arbitrariedades y faltas de respeto han facilitado, como efecto indeseado por ellos, algo mucho más profundo que una circunstancial alianza de dirigentes. Mi impresión es que el tiempo compartido en las rutas y las asambleas han producido un cambio profundo y superador en la relación entre pequeños; medianos y grandes productores. En mi opinión, la lucha común les ha permitido ver algo que siempre estuvo oculto por los prejuicios de unos y otros. Han tomado conciencia de que es mucho más lo que comparten que lo que los diferencia. Que las arbitrariedades y confiscaciones lo son por igual para todos. La continuidad de las asambleas durante la tregua en curso, que el Gobierno con sus provocaciones busca frustrar, muestran que el interior sigue de pie y expectante el desenvolvimiento de los acontecimientos. Se ha desatado un proceso profundamente democrático en el que la gente de campo ha salido a defender sus derechos, con el acompañamiento de los habitantes de los pueblos.
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