Mediante ajustes en la fertilización podría incrementarse su productividad
Debido a la capacidad de producir en suelos inundables y pobres en nutrientes el arroz es un cultivo que tiene un bajo aporte de tecnología. Actualmente la productividad nacional está en un 50 % de lo que podría producir. Este número, si bien asusta, no se puede adjudicar a un solo factor, sino que más bien está dado por múltiples causas.
Según se desarrolla en un estudio realizado por el ingeniero agrónomo Cesar Quintero de la Facultad de Ciencias Agropecuarias la Universidad Nacional de Entre Ríos (Uner), con algunos ajustes en el manejo, y considerando a la fertilización como un factor clave, se pueden incrementar los rindes en un 30 % en un lapso relativamente corto de tiempo. En cuanto al manejo, con variedades tradicionales con buena capacidad de macollaje y unas 200 plantas por metro cuadrado resultan suficientes para lograr altos rindes.
En cuanto a la nutrición, es frecuente encontrar déficit en nitrógeno, fósforo, potasio y zinc. Dependiendo del suelo será más importante uno u otro pero en términos generales el pH es el que define los pasos a seguir. ¿Cómo llegamos a los rindes máximos?
En el relevamiento se analiza cómo maximizar los rindes. Así, se indica que es fundamental observar los rindes actuales para ubicarse, si estos son menores a 5000 kg/ha, la posibilidad de respuesta es baja debido a que es altamente probable que sean múltiples las causas de la baja productividad. Mientras que en el caso de rindes entre 5000 y 8000 kg/ha, las probabilidades de respuesta aumentan debido a que las limitaciones son menores y se pueden corregir. En rindes mayores se puede esperar una muy alta respuesta.
Limitaciones
Antes de hablar de nutrientes particulares es necesario definir las limitaciones que tienen que ver con el pH del suelo. Ya sea aplicando yeso como enmienda para suelos con pH moderadamente alto o encalando para los ácidos es necesario diagnosticar los lotes debido a que de otra manera no se estará manejando la limitante mayor del sistema.
El cultivo extrae unos 14kg/ha de nitrógeno y 13kg/ha de potasio mientras que para el fósforo se encuentra en valores de 3kg/ha. El nitrógeno es el nutriente que más limita la producción aunque es fundamental el manejo eficiente tanto en la fuente como en la dosis y el momento. La aplicación de nitrógeno puede hacerse tanto en el momento de diferenciación de panícula como también en el prerriego. En general resulta conveniente realizar una pequeña aplicación a la siembra de unos 10 a 25 kg/ha, luego en el momento previo a la inundación se debe aplicar un 50 % del total para luego ajustar la dosis final en el momento de la diferenciación de la panícula.
En cuanto al fósforo, la inundación favorece las condiciones para una mayor disponibilidad de este nutriente, aunque en situaciones de alcalinidad y/o bajo contenido de materia orgánica las deficiencias pueden aparecer.
El potasio, si bien es un nutriente que no escasea en nuestros suelos, es necesario aplicarlo en situaciones de pH alcalino y en suelos con altos valores de salinidad. El zinc es un nutriente que resulta deficitario debido a las condiciones que genera la inundación del campo. La situación se agrava en suelos con pH mayor a 6,5. En términos generales se recomienda el tratamiento de semillas con este nutrientes de manera de lograr una respuesta adecuada.
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