El posicionamiento satelital permite maximizar los costos donde sea favorable económicamente y minimizarlos en los lotes con limitantes incorregibles
La metodología de trabajo para la aplicación de los insumos de acuerdo con las características propias de los lotes, o bien de sitios homogéneos dentro de grandes lotes, es una propuesta tan vieja como la propia agricultura.
Sin embargo, en la última década, el desarrollo tecnológico en posicionamiento satelital (GPS), sumado al gran avance en software específicos, sistemas de posicionamiento geográfico (GIS), el desarrollo de sensores de tiempo real, facilitaron de tal manera la toma de información que entusiasmó a gran parte de los técnicos, productores y proveedores de insumos hacia su utilización y aprovechamiento, dando origen a la llamada agricultura de precisión.
Según un trabajo realizado por los ingenieros agrónomos Mario Bragachini, Axel von Martini y Andrés Méndez, del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) Manfredi, Córdoba, el avance en electrónica e informática, unido al posicionamiento satelital, abre las puertas de una agricultura precisa que requiere dedicarle más tiempo a cada sitio dentro de un lote, o a cada lote o campo en particular, porque ahora es posible contar con información precisa grabada espacialmente.
El desarrollo experimentado en el campo argentino durante los últimos años, a través de la rápida adopción de tecnología, lo ubica, por ejemplo, liderando el rubro siembra directa con un 32 por ciento de adopción en el nivel país.
También se observa un avance en los nuevos materiales genéticos, transgénicos o tradicionales, en maquinaria agrícola (pulverización, siembra, cosecha de grano y forraje), en fertilización con macronutrientes y un incipiente crecimiento en micronutrientes y riego complementario.
Sin embargo, todavía los consejos de extensión en los diferentes rubros son muy generales y la dosis de fertilizante, salvo excepciones, se sigue manejando como receta para grandes zonas, donde ahora se sabe que la respuesta depende de una serie de factores propios de cada lote en particular y muchas veces si el lote es variable en cada sitio. Lo mismo sucede con el ajuste del diagnóstico acerca de los mejores cultivares y muchos productores se guían por los consejos masivos a nivel de país o, en el mejor de los casos, en el orden provincial.
Estas nuevas técnicas de grabar datos espacialmente para determinar respuestas de cultivares, dosis y tipo de fertilizantes, rotaciones, sistemas de siembra, control de malezas, etcétera, aporta información del propio campo, más valiosa que la que maneja el consejo de extensión para una amplia zona que poco tiene que ver con las condiciones particulares de una explotación.
Ventajas
El empresario agropecuario que maneje mayor información y que posea un buen equipo de asesores se diferenciará marcadamente de empresarios que sólo manejen información general.
La agricultura de precisión en la Argentina está en un desarrollo incipiente, pero apoyada sobre bases firmes, dado que a sólo tres años de sus primeros pasos ya existen dos antenas Beacon, 300 monitores de rendimiento, más de 100 banderilleros satelitales, unos 10 equipos de siembra y fertilización variable, un proyecto del INTA con cede en Manfredi, unas 3 o 4 empresas privadas de servicio con asesoramiento integral del tema y muy buen nivel técnico.
Mirando al año 2005, la Argentina tendrá un crecimiento sostenido en la adopción de esta tecnología, dado que facilita muchísimo la experimentación de factores componentes de rendimiento, baja los costos de los ensayos exploratorios y permite grabar y analizar datos superpuestos espacialmente, buscando correlaciones que muchas veces clarifican el diagnóstico con los datos de sólo un año.
La agricultura de precisión es una excelente herramienta, útil para maximizar rendimientos en los sitios donde sea económico hacerlo y minimizar los costos en áreas del lote con limitantes económicamente incorregibles.
Como en toda tecnología, es conveniente quemar etapas para avanzar con mayor solidez. Dado que no todos los campos argentinos tienen la misma variabilidad, lo primero es conocer a través del monitoreo de rendimiento satelital si existe una variabilidad natural importante y que los sitios homogéneos determinados posean un área que justifique un diagnóstico y aplicación de insumos variable.
Paralelamente, se puede comenzar con la planificación de ensayos exploratorios de factores de rendimiento que crucen esa variabilidad observada, para determinar y cuantificar la respuesta que permita ajustar el diagnóstico.
También, en toda tecnología de reciente aparición, los adelantos están a la orden del día, y en un futuro de corto plazo los agricultores precisos tendrán:
- Nuevos sistemas de imágenes (fotografías aéreas, satelitales, ultravioletas y multiespectrales) que reemplazarán los costosos muestreos de suelo por grilla. Estos sistemas podrán identificar los diferentes tipos de stress que sufren los cultivos, identificando grandes zonas homogéneas de muestreos de suelo.
- Sensores de suelo en tiempo real, que miden la conductividad eléctrica y su relación con el potencial de fertilidad de los suelos. La Universidad de Purdue, en los Estados Unidos, está ensayando sensores de pH y materia orgánica del suelo en tiempo real, que muy pronto estarán en el mercado.
Al mismo tiempo se están desarrollando, y en la faz comercial, equipos de muy fácil instalación a los tractores o pulverizadoras que por medio de cuatro sensores multiespectrales pueden alimentar un programa que integra la intensidad del color verde (sinónimo del estado nutricional del cultivo) y la biomasa regulando en tiempo real la dosis de fertilizante nitrogenado aplicado automáticamente. Un prototipo de este aparato ya fue probado en el INTA Manfredi con resultados promisorios.
- También en esta estación experimental se evaluó durante tres años y ya está en condiciones de adopción una sembradora inteligente que dosifica semilla y fertilizante, guiada satelitalmente.
- Por otra parte, existen muchos técnicos argentinos que habiendo quemado la primera etapa de conocimiento de los equipos y software específicos están comenzando a planificar ensayos, obteniendo resultados valiosos.
Problemas solucionables
Los pioneros de la agricultura de precisión hoy enfrentan problemas de incompatibilidad de software, de conexiones entre sensores, muchos cables, etcétera.
Para solucionar estos problemas se está desarrollando una norma que tratará de normalizar todos los aparatos y software utilizados.
También en un futuro se utilizarán cables inteligentes que llevarán la información a cada aparato, al estilo de computadoras en red. Además, muy pronto aparecerán los monitores de rendimiento y los equipos de dosis variable que no sólo grabarán la información sino que en tiempo real la enviarán a la computadora del productor en escritorio, mientras la máquina trabaja en el campo.
Todos estos equipos, al globalizarse su utilización, reducirán los costos en un 40-50 por ciento hacia el año 2005, siendo más factible y económica su adopción.
Correrá mucha agua debajo del puente de aquí a 2005, pero la Argentina ya adoptó la agricultura de precisión.
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