De buena fuente. El mercado interno, sólido para la carne
El panorama actual del mercado de carnes muestra un consumo interno muy sólido, que se enfrenta con una faena que pasó por distintas etapas a lo largo del año. "Hay un déficit estructural de oferta como consecuencia del desinterés en la actividad por el intervencionismo oficial en los mercados, que se disimuló durante los días siguientes al paro, durante los cuales se comercializó la producción retenida durante tres semanas", aseguró un matarife que opera en el Gran Buenos Aires.
"Pero luego la faena tendió a regularizarse, a pesar de las dificultades que se enfrentan para terminar novillos por la sequía que castiga a la Mesopotamia, a La Pampa y al sur de Buenos Aires, y por las dificultades para cargar hacienda durante lo días de cierres de rutas por incendios", agregó. La oferta se enfrenta con una demanda interna fuerte, a pesar de los mayores precios, porque los otros alimentos también subieron por el proceso inflacionario. Entonces, resulta difícil conciliar las aspiraciones de las autoridades, que pretenden que la carne sea pagada $ 5, 40 - 5,50/kg a los productores, con el precio de equilibrio entre oferta y demanda, que se sitúa en el orden de los $7/kg.
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Mientras tanto, el criador sigue siendo el gran postergado económicamente. El precio del ternero que vende es igual o menor al del novillo, a contramano de lo histórico, que indica 10 - 15% más. También debe cargar muchas vacas de rechazo por el achicamiento de los campos luego de las heladas del 14 y 15 del actual, que quemaron las especies de verano. Estos animales flacos, para conserva o manufactura, fueron muy castigados en precio durante las últimas semanas por el cierre de exportaciones y por la gran oferta estacional. La promesa oficial de reapertura de las ventas externas de los productos que se preparan con estas categorías daría una perspectiva más promisoria para quien pueda mantener un tiempo estos animales en el campo. En tanto, la situación internacional sigue favoreciendo a los vendedores. Ignacio Iriarte, director de Informe Ganadero , recuerda que Brasil continúa con su crisis de trazabilidad y confiabilidad; Uruguay tiene un techo de producción por su territorio limitado y la Argentina tiene exportaciones restringidas.
Entretanto, las cosechadoras avanzan sin parar en los cultivos de soja, para compensar el atraso que produjo el paro y porque los cultivos se maduraron rápidamente por las altas temperaturas de marzo. "No hay máquinas sin trabajo y muchas tienen comprometida la trilla de 600-700 hectáreas en los próximos días", afirma un productor de Rufino. El resultado es que muchos potreros se están pasando. Los implantados con variedades susceptibles al desgrane están abriendo las chauchas y dejan caer los porotos al suelo.
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