Por Guillermo Piñeiro
En estos últimos años he recibido, durante mis reuniones con productores o contratistas forrajeros, muchas consultas sobre la implementación de la nueva tecnología de corte directo para ensilados de primavera. Este paso del clásico "corte - rastrillado - picado", al "corte directo", resultó un gran desafío, que hemos trabajado junto a esos productores y contratistas, desde el aspecto técnico. Al hablar de ensilados de primavera, debemos poner el foco en dos aspectos fundamentales: por un lado, el tenor de materia seca del cultivo al momento del ensilado, que debe estar entre 30% y 40% y, por otro, el uso de inoculantes biológicos enzimáticos.
En el caso de materia seca, muchos de estos cultivos (alfalfa o raigrás) en su momento óptimo de picado poseen bajos niveles de materia seca, y por lo tanto, es necesario cortar y preorear hasta alcanzar los niveles de materia seca mencionados. En el caso de cereales de invierno (trigo, cebada), cabe destacar que la cebada ha crecido en superficie en estos años y la mayoría de los productores la ensila en grano lechoso pastoso, estadío en el cual se han obtenido los mayores volúmenes de materia seca digestible por hectárea. El cultivo alcanza valores de materia seca dentro de los parámetros buscados. Es en estos cultivos donde hemos comprobado que esta tecnología aporta eficiencia y calidad respecto de la forma tradicional de trabajo (cortar y preorear). El corte directo nos ha permito una mejor conservación, al reducir significativamente la incorporación de tierra y microorganismos indeseables en el ensilado. En el segundo aspecto a considerar, con la inoculación, hemos logrado estabilizar los ensilados en los primeros 2 o 3 días de confeccionados. Cabe destacar que en caso de no inocularlos, ese proceso tomaba naturalmente más de 20 días.