Mientras transcurrió la muestra, que finaliza hoy, se conocieron el anuncio de un dólar para el agro, la designación de Sergio Massa en el Gabinete y la salida de Julián Domínguez como ministro de Agricultura
“Incertidumbre” fue la palabra que más escuché entre los productores, expositores y dirigentes que se pasaron a lo largo de estos días por la Exposición Rural de Palermo, que finaliza hoy. Una palabra que, como pocas veces en el marco de la tradicional muestra, estuvo vinculada a los últimos hechos y noticias que se conocieron durante su realización: la medida del “dólar agro” para que se aceleren las ventas de soja, la llegada de Sergio Massa como ministro a cargo de las áreas de Economía, Desarrollo Productivo y Agricultura, y la salida de Julián Domínguez de la cartera agropecuaria. Bastante en poco tiempo. Once días a pleno en la exposición.
La palabra incertidumbre, según la Real Academia Española, hace referencia a la “falta de certeza, que ocasiona duda o indecisión en las cosas”. Eran esas dudas las que expusieron decenas de productores, empresarios y políticos que recorrieron la muestra.
Al margen de ello, en su 134° edición, después de dos años de no realizarse por la pandemia de coronavirus, Palermo volvió a ser, desde lo estrictamente agropecuario, un punto de encuentro del sector. Esto se podía percibir entre los cabañeros que, ansiosos, esperaron regresar para estar en la pista central y así competir por un campeón o gran campeón.
Productores, criadores, cabañeros que se pasaron meses preparando su mejor animal para estar aquí. Sueños, expectativas y mucho más en juego. Una sana competencia que se coronó con la consagración de grandes campeones y cabañas debutantes que dieron la sorpresa en algunas de las principales razas.
“Palermo es Palermo”, se escuchó decir a más de un expositor que llegó con sus animales. Una suerte de “mundial” es lo que se vive cada vez que se hace esta exposición. Desde ese costado, la muestra se extrañaba y eso, por ejemplo, se pudo apreciar en los encuentros cara a cara, en los pasillos del pabellón ganadero y hasta en los remates de hacienda, como los que organizaron con cena Hereford, Brangus y Braford, por ejemplo.
“Estamos en Palermo”, arengaba Gervasio Sáenz Valiente, de la consignataria Sáenz Valiente, Bullrich & Cía., en la subasta de Hereford para animar a los presentes a comprar. En esta muestra se viene a exponer lo mejor y se busca comprar una genética a tono a ello. De nuevo, una suerte de “mundial” para la ganadería.
En la medida que los días fueron pasando, y los rumores de cambios en el Gobierno y medidas para el sector, sin saber en qué dirección, se iban sucediendo, la palabra “incertidumbre” volvía otra vez a escena. Las alegrías por el regreso de la muestra mezcladas así con el contexto político económico del país.
En ese sentido, la exposición también volvió a ser, más allá de lo agropecuario, una caja de resonancia política. Para los políticos, donde predominaron los de la oposición, un buen lugar en el cual hacer declaraciones vinculadas con el campo. Mostrar un acercamiento. Para los productores, una posibilidad de ser escuchados. El primer día hubo productores, como fue el caso de Verónica Demaría de García Llorente, de la Cabaña Don Miguel en Trenque Lauquen, que se ilusionaron con un gesto de proximidad de los políticos para que conocieran su realidad y le llevaran tranquilidad al sector.
En el inicio de la muestra, las primeras figuras en pasar fueron Diego Santilli y Ricardo López Murphy. Le siguieron, entre otros, Patricia Bullrich, Javier Milei, Mario Negri, Ricardo Buryaile, María Eugenia Vidal, Mauricio Macri, Horacio Rodríguez Larreta, Juan Schiaretti y Elisa Carrió. Aquí Carrió dijo que llegó en plan “no político” y recicló una frase de 2018 para mostrarse a favor del campo. “Hagan patria y guarden su dinero”, lanzó después de pedirle ayuda a los periodistas que la esperaban en la entrada para saber el nombre del presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Nicolás Pino, a quien no conocía.
“El campo es el generador de nuestros alimentos, de lo que comemos”, le decía una madre a su hija, de unos cinco años, a la que llevaba tomada de la mano cuando ingresaban al predio en medio del revuelo que generó la presencia de Mauricio Macri el jueves pasado. Así como esa mujer, que vestía un abrigo beige, un pañuelo azul en el cuello y vaqueros, otros miles de padres llevaron a sus hijos durante la semana para que disfrutaran de la exposición.
En una semana caliente desde lo político, y con el agro en el foco del Gobierno por su presión para que venda más soja, el ahora exministro de Agricultura, Julián Domínguez, intentó brindar un mensaje componedor. Lo hizo en la noche del lunes pasado en la entrega de los premios CITA a la innovación tecnológica. “Necesitamos estar juntos para asumir los desafíos que el mundo ofrece y que la Argentina resuelva el problema de divisas que tiene”, dijo Domínguez.
A la salida de ese encuentro también había dicho que no habría devaluación ni baja de retenciones para el sector. Sin embargo, poco más de 12 horas después, llegó el anuncio del “dólar soja”, un régimen especial para que los productores vendan sus granos antes del 31 de agosto. Luego, el jueves pasado, sobrevino la designación de Sergio Massa en su nuevo rol para Economía, Desarrollo Productivo y Agricultura y la salida de Domínguez.
Hoy se termina la Exposición Rural de Palermo. Volvió, se la esperaba. Fueron once días en los que se mezclaron la incertidumbre por la situación del país y el fervor que despierta esta tradicional muestra.