El acero es un material versátil, sustentable, maleable. Gracias a la innovación permanente y una gran libertad creativa brindó posibilidades infinitas al diseño de productos.
La corrosión, por otra parte, es un mecanismo natural que sufren los metales para volver a su estado natural: óxido.
"El" acero y "La" corrosión representan una pareja muy unida que lucha por imponerse una sobre el otro. Eventualmente, la corrosión se impondrá sobre el acero hasta desintegrarlo. ¿Quién es el principal consumidor de acero a nivel mundial? La corrosión.
Según la American Galvanizers Association, los costos directos de la corrosión equivalen al 3% del PBI en países desarrollados y al 4,5% en países con deficiencias en los métodos de prevención de la corrosión. La Argentina se encuentra dentro de este último grupo. Una cuarta parte de esta pérdida podría evitarse aplicando métodos adecuados de protección.
Los costos indirectos de la corrosión son difíciles de cuantificar, aunque no menos importantes. La rotura de un caño o un equipo implica un costo de reparación cuantificable, pero la pérdida de una campaña, la fuga de producto o cosechas y la propia seguridad de las personas, generan un lucro cesante alto en cualquier actividad.
¿Qué es el galvanizado por inmersión en caliente (GIC)? El GIC es un procedimiento destinado a proteger las piezas de hierro/acero/fundición mediante su inmersión en un crisol de zinc fundido a 450°C por unos minutos durante los cuales se produce una aleación entre zinc y acero, de adherencia metalúrgica. Tiene la propiedad de controlar la oxidación y corrosión por exposición al medio ambiente. El proceso de GIC permite galvanizar una gran variedad de formas y tamaños (bulones o tuercas hasta piezas de gran porte).
El GIC, a diferencia de otros sistemas de revestimiento superficial, cumple con una triple protección contra la corrosión:
Protección Catódica: Siendo el zinc un metal más electronegativo que el hierro, se sacrifica cediendo electrones y oxidándose más rápido que el hierro. De esta manera lo protege de la exposición a los medios corrosivos, especialmente en casos de golpes o raspaduras muy habituales en la actividad agropecuaria.
Barrera: la aleación de hierro y zinc forma una película más dura que el acero base, por lo cual logra un material más resistente.
Pasivación: la oxidación del zinc forma una película de Carbonato de Zinc que disminuye la tasa de corrosión del zinc, extendiendo la vida útil de la protección.
Las aplicaciones del GIC son tan variadas como productos fabricados en acero existan. Sistemas de riego, tambos, maquinaria agrícola, instalaciones antigranizo, silos de acopio, invernaderos, corrales, tinglados, jaulas para criaderos de animales, aguadas, compactadoras, esparcidores, sistemas de bombeo de fluidos, sistemas de transporte, instalaciones de generación de energía eólica y solar, etc.
En los últimos años los postes metálicos galvanizados han comenzado a desplazar a la madera en sistemas de conducción en viñedos y otros frutales, porque su resistencia estructural y prolongada vida útil, permiten la mecanización de la vendimia, poda y otras labores.
Hay dos características diferenciadoras del GIC, la primera es que los productos galvanizados no requieren mantenimiento y la segunda es su rango de resistencia a la corrosión provocada por el uso de productos y sustancias corrosivas dado que posee un bajo nivel de corrosión en entornos mayores a pH 5 y menores a pH 12,5.
La rentabilidad de los negocios agropecuarios requiere una constante revisión. Es momento de incorporar el galvanizado por inmersión al proyectar inversiones.
El autor es presidente Galvasa S.A.
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