Las empresas tradicionales están en una permanente carrera de innovación para agregar valor a sus productos o servicios y no perder terreno en el mercado. Frente a este desafío, muchas compañías han adoptado modelos de innovación denominados "abiertos", que son una forma rentable de innovar involucrando a una comunidad más amplia que la de la propia empresa.
¿A qué llamamos innovación abierta? El concepto fue creado por Henry Chesbrough, decano de la Haas Business School de Berkeley. El denomina "innovación abierta" al proceso de entradas y salidas de conocimiento para acelerar la innovación interna y expandir los mercados para el uso externo de la innovación.
Chesbrough encontró en este modelo una forma de reducir costos, acelerar tiempos, aumentar la diferenciación y crear nuevas fuentes de ingresos para la empresa. Si bien existen diferentes modelos para incorporar la innovación abierta, el requisito principal para aplicarla es que la empresa tenga en claro cuál es su estrategia, que puede ir desde mejorar el servicio al cliente hasta construir nuevas líneas de productos.
¿Cómo puede innovar el agro? A priori parecería que innovar dentro de la producción de carne o commodities es una opción cerrada. Pero grandes ideas pueden cambiar radicalmente los negocios tradicionales. Pensemos, por ejemplo, en la carne cultivada o la siembra directa.
Un puntapié inicial puede ser entrevistar y buscar en el ecosistema emprendedor local a aquellos actores que ya se encuentren desarrollando soluciones. Como punto de partida se pueden generar acercamientos con los clusters tecnológicos que se están desarrollando en ciudades como Rosario y Córdoba.
Conectar con emprendedores es una forma de encontrar los socios indicados para impulsar la transformación de la empresa. Además, es la vía más rápida y barata cuando el problema excede las posibilidades y los recursos internos. Las empresas pueden contribuir a que las ideas se materialicen aportando capital (como inversores ángeles) para luego establecer con los emprendedores una relación a largo plazo que los lleve a ser socios.
Existe una cantidad ilimitada de oportunidades para que las empresas encuentren ideas y establezcan relaciones duraderas e innoven. El desafío creativo también está en las formas de buscar soluciones.
El autor es socio de Barrero & Larroudé