Por Mario Buteler y Carlos Robledo Para LA NACION
En la última década, la Argentina se ha consolidado como segundo exportador mundial de maní para consumo directo. En el contexto nacional, Córdoba es la primera provincia productora, con un aporte de más del 95% al total, lo que la convierte en una de las principales exportadoras.
Entre los problemas más notables que el maní argentino enfrenta en el mercado internacional se destaca un diferencial promedio de precios de entre 50 y 100 dólares por tonelada por debajo del maní estadounidense. Una de las causas relevantes de este problema es la menor estabilidad de la vida en góndola, provocada por procesos de oxidación o rancidez.
La semilla de maní posee alto contenido de aceite. Su composición tiene, entonces, gran importancia en la definición de la calidad del maní confitería, cuyo mejoramiento se asocia con un incremento en el nivel de saturación de los ácidos grasos. El aumento del contenido de ácido oleico, en detrimento del linoleico y el palmítico, mejora tanto la estabilidad (tiempo de desarrollo de la rancidez) como el efecto sobre la salud humana, ya que se ha demostrado que dietas con altos contenidos de ácido oleico están asociadas a una disminución del riesgo de enfermedades cardiovasculares. En Córdoba, el Criadero El Carmen inscribió en 2003 un maní de alta relación oleico linoleico, Granoleico, que ha comenzado a difundirse. Esta variedad fue la primera respuesta local a las tendencias internacionales. Sin embargo, contar con una variedad no es suficiente; también hay otras preguntas clave por responder sobre la semilla que afectan su calidad para consumo humano.
Por ello, un grupo de técnicos de la Universidad Empresarial Siglo 21, la Facultad de Agronomía de la UNC y el Criadero El Carmen presentaron un proyecto de investigación y desarrollo encuadrado dentro de la convocatoria Pictor 2002, de la Agencia Córdoba Ciencia. Hoy, el proyecto se encuentra en pleno desarrollo en pos de la consecución del objetivo de seleccionar los mejores genotipos de maní con alta relación oleico/linoleico adaptados a los distintos sistemas de producción de Córdoba. También, se han incorporado pruebas de calidad y aceptabilidad; técnicas básicas que se emplean por primera vez para seleccionar variedades de maní.
En un plazo no mayor a un año la cadena de valor del maní confitería contará con nuevos cultivares mejorados y evaluados en su calidad con los más altos estándares de exigencia tecnológica/científica, no empleados hasta ahora en la Argentina.
Los autores son investigadores de la Universidad Empresarial Siglo 21 y Católica de Córdoba, respectivamente.
Temas
Más leídas de Campo
Se patentó en EE.UU. Investigadores argentinos crearon una batería de litio con pelos de vacas
Elecciones. Javier Milei sumó como líder de un equipo técnico a un reconocido académico
“Memoria del estrés”. La creadora del trigo resistente a sequía anticipa otra revolucionaria investigación para el país