Luis Negruchi / Asesor en el sur de Santa Fe, sudeste de Córdoba y norte bonaerense
Desde hace cuatro años, la cebada cervecera volvió a tener impulso en nuestra zona; aparecieron actores en su comercialización y éste es uno de los puntos clave a la hora de decidir la implantación del cultivo. Como cultivos de invierno se hacían trigo y avena como forrajeras, introduciéndose la cebada como alternativa para ambos casos, ya que aparte de ser cosechada como grano permite ser pastoreada. Por este motivo, muchos se plantearon incursionar con este cultivo. Además, libera el lote 10 a 15 días antes que el trigo para sembrar la soja de segunda; la genética utilizada hoy en el país posee alto potencial y tiene bajo costo en el control de enfermedades. Para las empresas que siembran mucho trigo se logró diversificar para salir a la soja de segunda unos días antes y extender así la ventana de siembra; incluso, en determinados casos y zonas, termina siendo una soja de primera. En las últimas campañas la soja sobre cebada tuvo entre 3 y 4 q/ha más de rinde que sobre trigo, y estamos trabajando en optimizar la oferta de nitrógeno (120-160 kg/ha) para no pasarse de proteína, motivo por el cual considero que es uno de los mejores cultivos que responden a la agricultura por ambientes en el uso de dosis variable de nitrógeno. Para ello se caracterizan los ambientes, y luego del análisis de disponibilidad de nitrógeno en cada uno de ellos se prescribe la aplicación en forma variable. La semilla se consigue con canje a cosecha, y para el precio de comercialización se toma un porcentaje sobre la base del precio del trigo. Tiene bonificaciones por proteína y por los quintales de más que se obtienen en la soja de segunda con siembra anticipada; estamos con rentabilidades iguales a superiores a las del trigo.