Sus exportaciones son bajas, dicen técnicos de Aacrea
La producción ganadera y lechera argentina enfrentará un ingreso "pesificado", un aumento relativo del costo de producción, y con la diferencia entre ingreso y gasto deberá pagar una deuda que en la mayoría de los casos estará "dolarizada (por ser superior a los 100.000 dólares)".
Los precios recibidos por los productores de carne se han mantenido o han bajado un poco, y se han estirado los plazos de pago en el caso de la leche. Esto implica que el ingreso de ambos planteos productivos se ha "pesificado" y por consecuencia el ingreso expresado en dólares se ha reducido brutalmente.
Además, estas dos actividades deberán soportar en el futuro un casi seguro aumento del valor en pesos de algunos de sus insumos (vacunas, fertilizantes, agroquímicos, semillas, ración). Todavía no está claro cuál será la magnitud de este aumento y el impacto relativo que tendrá dentro del costo de producción, pero lo que es seguro es que el aumento existirá.
Las deudas
Otro factor que sufrirá este tipo de actividades es que las deudas superiores a los 100.000 dólares no se "pesifican". Por lo tanto, con un ingreso disminuido en dólares deberán enfrentar además un encarecimiento de sus créditos.
Un ingreso que se erosiona con costos que aumentan produce como consecuencia la reducción del nivel tecnológico aplicado, lo que genera en el tiempo una disminución de la producción y, por ende, del ingreso. Este doble efecto producirá una caída de la rentabilidad en el corto y mediano plazo.
El caso más representativo que demuestra lo mencionado para ambas producciones es la utilización del maíz -en sus distintas variantes- en el esquema productivo. En el nuevo escenario, el maíz pasa a ser un insumo que se "dolariza" en esquemas productivos que seguirán percibiendo ingresos en pesos.
Un factor que puede atemperar la situación planteada es que a través de un aumento de las exportaciones, tanto de carne como de leche, se pueda generar una mejora de los precios relativos. Pero ambas producciones se caracterizan por exportar porcentajes bajos de su producción total, con lo cual el impacto de la "dolarización" es relativamente bajo.
Existe un discurso generalizado y la sensación de que el sector agropecuario se ve beneficiado con las medidas económicas adoptadas recientemente. Esta sensación quizá surja por pensar que el sector agropecuario solamente está relacionado con la agricultura, dejando de lado sectores como el ganadero, el lechero y las distintas economías regionales.
Financiamiento nulo o escaso
Sin embargo, los agricultores, que parecerían ser los beneficiados en esta coyuntura, deberán enfrentar un año con nulo o escaso financiamiento externo, sin claridad sobre cuál será el costo de sus insumos y sin contar con un mercado transparente de precios a futuro.
Para los productores de porcinos o lanares, al igual que para algunas economías regionales, el panorama también se presenta incierto. En este sentido, cuanto antes se aclaren las reglas del juego, mejores podrán ser las decisiones por tomar y menores los quebrantos que lamentar.
Los autores son técnicos del área económica de la Asociación Argentina de Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola (Aacrea).
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