De buena fuente. La falta de humedad complica la implantación del trigo
La campaña de trigo 2004/5 no empieza de la mejor manera. La falta de humedad para la implantación está retrasando y complicando la siembra en varias zonas. El consultor Jorge González Montaner admite que "la escasez de humedad superficial se extiende en el sur y sobre todo en el sudoeste de la provincia de Buenos Aires, la principal zona triguera argentina". Allí muchos lotes tienen menos de 17% de humedad, un valor considerado límite para la implantación exitosa. Frente a esa realidad desfavorable, más grave en lotes labrados convencionalmente, los productores aumentan la profundidad de siembra buscando la capa húmeda de suelo.
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Las primeras mediciones de nitratos del suelo dan niveles medianos a bajos como consecuencia del verano seco. Ante ello, los productores van a fertilizar con nitrógeno a pesar del aumento de precio porque tienen menos posibilidades de lavado que en suelos húmedos. Las malezas serán otro problema por enfrentar en 2004. González Montaner observa que en las últimas campañas viene creciendo la presencia de raigrás anual y avena fatua. "De la zona sudoeste van pasando al oeste y sur de Buenos Aires", advierte. Ante ello, en los lotes con sospecha de desarrollo de raigrás aconseja aplicar Húsar, un herbicida que suprime bastante la competencia con un costo razonable. En general, la calidad de la semilla por sembrar es buena en la campaña 2004/5.
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"No se ve ninguna cosechadora en estaciones de servicio ni en el cruce de rutas", se quejó un productor de Rufino, que tuvo que salir de apuro a buscar una ante el incumplimiento de su contratista. "Este año las máquinas tuvieron un comportamiento completamente atípico por la escasez de lotes de alto rinde. Deambularon por las rutas y salieron de su itinerario habitual", le contestó un vecino. Los dueños de trilladoras grandes buscan lotes de altos rindes y de gran superficie. Habitualmente piden 130-140 pesos por hectárea, que se justifican ante rendimientos de 30-40 quintales por hectárea. Generalmente, comenzaban la campaña por el sur de Córdoba y de Santa Fe, para bajar hasta el sur de Buenos Aires a medida que avanzaba la maduración del cultivo. En general, las cosechadoras chicas cobran menos -100-110 pesos por hectárea- y se adaptan a potreros de rendimiento menor. "Este año, las grandes comenzaron su derrotero habitual hacia el Sur, pero encontraron pocos lotes de altos rindes donde pudieran expresar sus ventajas. Por esa razón, en plena campaña se las vio marchar en dirección contraria, hacia el Norte, regiones no visitadas en campañas anteriores, como Chaco y Santiago del Estero", completó el interlocutor.
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