CÓRDOBA.- Con un alza del 35% interanual, en 2017 la Argentina exportó 209.000 toneladas de carne bovina, sin contar menudencias . La cifra consolida la tendencia que se empezó a marcar en 2016 y se ubica como la más alta desde 2010. Las proyecciones apuntan a que la tendencia se mantenga.
Un trabajo de los economistas Juan Manuel Garzón y Nicolás Torre del Ieral analiza la recuperación del protagonismo internacional de la carne argentina que, el año pasado, generó 1296 millones de dólares, un 50% más que en 2015. En tanto, el Consorcio de Exportadores de Carnes, ABC, informó hoy que en enero pasado se registró el nivel de exportaciones más alto desde 2010 para ese mes, con 33.700 toneladas peso res.
Para los economistas, varios factores sostienen la recuperación, aunque destacan dos: la política comercial del Gobierno (la cadena pasó de pagar impuestos cuando exportaba a cobrar reintegros, generándose una importante mejora en el tipo de cambio real efectivo) y la firme demanda de China, que absorbe volúmenes crecientes a precios relativamente estables o incluso ligeramente en alza.
También enfatizan que la cadena genera volúmenes exportables bajo una fase del ciclo ganadero “en equilibrio”, repitiendo lo que se dio entre 2004 y 2006. La participación de hembras en la faena no supera el 45%, por lo que no compromete el tamaño del rodeo de vacas/vientre.
Para los frigoríficos, los márgenes brutos de exportación (diferencia entre los ingresos por las ventas valoradas a salida de planta y el costo de adquisición de la hacienda) muestran –según el reporte- una “gran recuperación a partir del 2016, que se sostiene en 2017 y también en el primer mes de 2018”.
Estos márgenes en 2017 se mantuvieron en “buen nivel” (en perspectiva a los observados en los últimos 10 años) por una combinación de circunstancias como son los precios internacionales sostenidos o crecientes, los valores locales de la hacienda estabilizados en dólares y una leve suba de los reintegros a la exportación (de 4% a 5,8%).
En los márgenes hay un crecimiento de los envíos a mercados de ingresos medio-bajos, como China y Rusia. De acuerdo a las estimaciones, en 2016 el valor de esta integración estaba 20,6 pesos por encima del costo implícito de la hacienda (pesos por kilo, a precios constantes a enero último), con un margen bruto equivalente al 32% del costo de la hacienda.
En 2017 ese diferencial fue de 23,5 pesos por kilo, con un margen bruto equivalente al 41% del costo de la hacienda.
Para Garzón y Torre, hay espacio para ser “optimistas” respecto de la continuidad de la expansión de las exportaciones: “Los márgenes están en un buen nivel y los factores que podrían afectarlos negativamente (una desaceleración tal de la demanda de los países de ingresos medios/bajos que hace retroceder los precios internacionales, una suba muy fuerte del precio en dólares de la hacienda local) parecen remotos o con baja probabilidad de que ocurran”.
En relación al precio de la hacienda, advierten que fue muy bajo en enero, no tanto su valor en dólares sino su poder de compra de bienes y servicios locales. Es el más bajo desde mediados de 2009.
“La hacienda siguió al dólar pero la divisa quedó rezagada respecto de otros precios de la economía –agregan-. En lo que va de febrero la hacienda gorda acumula una suba de entre 7% y 10% lo que permitirá, según la situación de cada productor, recuperar valor de compra y también afrontar los mayores costos que está disparando la sequía”.
La depreciación del tipo de cambio en lo que va de este año (12% acumulado) está detrás de esa recuperación, con la consecuente mejora de los márgenes de exportación.