Campaña 2005/2006. La tecnología alivia el daño
Por Félix Sammartino De la Redacción de LA NACION
Los pools y grandes grupos de siembra son una referencia obligada para conocer el nivel de daño que esta provocando la seca en esta campaña. Manejan miles de hectáreas de trigo, soja, maíz y girasol en distintas regiones, provincias y hasta países, y brindan información que se sostiene en el ejercicio sistemático de medir, estimar y comparar que efectúan todos los años.
Luis González Victorica, presidente del estudio Cazenave; Gustavo Grobocopatel, de Los Grobo, y Oscar Alvarado, de El Tejar, observan un mosaico de situaciones, sin duda la mas grave en el oeste de Buenos Aires y La Pampa, se preocupan por lo que puede deparar el clima y rescatan como positivo el comportamiento que tienen los cultivos ante la falta de precipitaciones.
"Veinte años atrás esta seca hubiera ocasionado un fracaso de la cosecha", afirma Grobocopatel, que tiene sembradas 100.000 hectáreas en el país, además de las 25.000 hectáreas del Uruguay y 11.000 en Paraguay. La siembra directa, la correcta utilización de los barbechos, las nuevas variedades y la rotación de los cultivos que conforma la historia previa de los lotes son las herramientas que hoy hacen la gran diferencia.
La eficiencia en el uso de agua, es decir los milímetros necesarios para fabricar un kilo de materia seca, ha mejorado en forma ostensible, al punto que todos los entrevistados coinciden en señalar que este año el trigo se hizo sin agua y se obtuvieron rendimientos récords. "En las zonas mas afectadas se puede observar que los lotes de maíz o soja trabajados convencionalmente están muy castigados, mientras que los sembrados en directa cuentan con mas humedad, lo que les permite defenderse mejor. Pudimos observar esto en el SO, en lotes de trigo con prácticas convencionales que no se pudieron levantar, mientras que lotes en directa lograron 1200 k/ha", dice Grobocopatel.
Además del paquete de técnicas, Luis González Victorica, presidente del estudio Cazenave, que maneja dos fideicomisos (el Faid 2007, de 10 millones de dólares, y Fideiagro 2009, con 4 millones de dólares, con un total de 50.000 hectáreas sembradas), señala a otro aliado: las napas. El efecto de estas aliadas se puede observar en algunas zonas del oeste de Buenos Aires, como Ameghino y General Villegas. "Estas napas se las debemos a los años en que hubo exceso de precipitaciones y se acumuló el agua. Probablemente en un ciclo de años secos no vamos a volver a contar con ellas".
El maíz, más afectado
Por los distintos ciclos de las plantas y la ocurrencia de lluvias de esta campaña, el maíz es el cultivo más afectado hasta el momento y la soja de segunda la que por ahora permanece intacta. Se coincide en señalar que sobre el máximo potencial del maíz ya existe un 20 a un 30% de disminución. Un maíz de 10.000 kilos de potencial, tendría hoy un techo de 7000 kilos. En el Oeste, en Trenque Lauquen, esta baja en el techo del rinde ya es de por lo menos un 50%.
Aunque los entrevistados apostaron a la gran capacidad que tiene la soja en reaccionar y superar un período prolongado de stress hídrico en el estado vegetativo, que es el por el que esta pasando el cultivo en este momento, no se pusieron del todo de acuerdo con la estimación en el nivel del daño de la seca. Para Oscar Alvarado, de El Tejar (que siembra 83.000 hectáreas en la Argentina y en Uruguay, Bolivia y Brasil 127.000 hectáreas), "el partido de la soja de primera se juega con las lluvias del 25 de enero en adelante. En las campañas pasadas, la soja ya demostró su capacidad de reacción". Por su parte, Grobocopatel estima que en la zona central la soja ya tiene una disminución del 10% sobre el rendimiento de potencial máximo, mientras que en el Oeste estaría entre el 30 y el 40%.
La gente del estudio Cazenave, que el año pasado logró con la soja un rendimiento promedio de 31 quintales sobre una superficie de 30.000 hectáreas, este año se maneja con un rinde estimado de 26 a 27 quintales.
En los tres casos, el resultado de la reciente cosecha de trigo actúa como un tranquilizante ante la ansiedad que genera la falta de lluvias. Quedaron sorprendidos por los rindes que se hicieron sin agua y también, vale la pena acotar, sin enfermedades.
"Tuvimos una campaña espectacular, con 52 quintales de promedio. Y esto tomando en cuenta el trigo de Chaco que rindió 10 qq. En algunos lotes se lograron 70 quintales y los trigos en intersiembra rindieron 62. Nos destacamos por lograr buenos rindes de trigo, por lo que nos volcamos a rotar la soja con cereales de invierno y a utilizar la intersiembra, técnica que año tras año vamos ajustando", comenta Oscar Alvarado.
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