Como consecuencia de un precio que no resulta atractivo para los productores, las ventas anticipadas de soja de la cosecha 2018/2019 (comienza en abril) son las más bajas desde fines de 2015. Esto se desprende del último informe semanal sobre compras y embarques publicado por la Dirección de Planeamiento y Análisis de Mercado de la Secretaría de Agroindustria de la Nación.
En dicho trabajo, con cifras al 19 del actual, el organismo relevó las compras conjuntas de la industria y de la exportación en 3.527.600 toneladas de soja de la campaña 2018/2019, un 47,5% por debajo de las 6.721.900 toneladas comercializadas a igual fecha de 2017. El volumen actual también está debajo de las 4.928.300 toneladas negociadas en 2016, pero por encima de las 2.675.700 toneladas operadas a igual momento de 2015. Así, hoy la soja vendida representa solo el 6,5% de la producción prevista por Agroindustria en 54,20 millones de toneladas.
En opinión de Emilse Terré, jefa de Informaciones y Estudios Económicos de la Bolsa de Comercio de Rosario, la caída de las ventas anticipadas de soja responde a dos factores: "Precios que no logran seducir al productor e incertidumbre productiva", esto último por las recurrentes lluvias en la zona núcleo. "Acerca de los precios, entre septiembre y octubre, cuando se definían las intenciones de siembra, el precio a cosecha en el Mercado a Término de Buenos Aires (Matba) superaba los 250 dólares por tonelada, mientras que hoy, esa referencia cayó debajo de los 240 dólares. A esta altura del año pasado, los precios a cosecha rondaban los 260 dólares", explicó Terré a LA NACION.
En cuanto a la incertidumbre productiva, la especialista señaló que las recurrentes lluvias están obligando a "resembrar en distintas zonas claves del país, principalmente en el centro-sur de Santa Fe y en el noreste de Buenos Aires, así como también en un área del este de Córdoba afectada por granizo. Esta situación pone en duda la estimación de área que efectivamente pueda sembrarse con soja en la campaña 2018/2019 argentina".
Un dato que demuestra el rechazo de los vendedores por los actuales valores ofrecidos por los compradores es que, del total negociado, de 3.527.600 toneladas, un 66,6% (2.350.400 toneladas) fue entregado bajo la modalidad "a fijar", es decir que no tiene un valor establecido.
En las últimas semanas, las ofertas de los compradores por soja de la próxima cosecha con entrega en mayo sobre el Gran Rosario oscilaron de 230 a 240 dólares por tonelada. Un año atrás la oscilación era de 260 a 265 dólares, mientras que en 2016 para la misma época del año las propuestas por la oleaginosa 2016/2017 fluctuaban de 250 a 255 dólares.
"Entre el momento de definir las siembras y la actualidad, el valor de la soja para las entregas en mayo perdió cerca de 10 dólares por tonelada, al tiempo que la necesidad de resembrar incrementó los costos de producción. Sin duda, en muchos casos este escenario compromete la rentabilidad, especialmente para quienes producen en las zonas más alejadas de los puertos", dijo Terré. Y añadió que, por ese motivo, los negocios que se realizan "privilegian la condición 'a fijar', apostando a una futura recuperación en los precios que, sin embargo, a la fecha resulta incierta".
Herramientas sin uso
En contextos de volatilidad como los evidenciados en los últimos meses, se acentúa la necesidad de agudizar las estrategias comerciales y, particularmente, de usar las herramientas disponibles en los mercados de futuros y opciones, de manera de realizar coberturas de precios que posibilitan fijar un piso al cual se venderá la producción esperada.
"El valor de utilizar este tipo de herramientas es asegurar al menos una rentabilidad mínima del negocio. Generalmente se ve la prima que hay que pagar para contratar una opción o para negociar futuros como un costo, pero hay que tener en cuenta que ese es el camino para asegurar un precio. Cuando uno paga un seguro contra granizo no lo hace a la espera de que el granizo llegue para poder hacer uso de la cobertura. Ojalá no haya granizo, pero en el peor escenario, estamos cubiertos. Bueno, habría que pensar la estrategia comercial de la misma manera. Es decir, ojalá los precios tiendan al alza, pero para el caso de que eso no suceda a tiempo, es necesario contar con una cobertura que garantice un valor mínimo. Hay mucho por avanzar en este sentido en la Argentina", señaló Terré.
Como muestra de lo que se pudo hacer en esta materia, en su camino, la posición mayo 2019 de la soja en el Matba registró un precio máximo de 312,60 dólares por tonelada, el 3 de mayo pasado. Si bien es cierto que dicho registro coincidió con el momento en que todos los productores estaban ocupados en valorar las pérdidas ocasionadas por el mal clima sobre la producción 2017/2018, no es menos cierto que hubo chances para fijar ese valor para la próxima cosecha. Ayer, el contrato mayo se cotizó a 242,30 dólares.
"Sin tener en cuenta los costos por comisiones si se opera a través de un corredor, quien tomó aquel valor futuro de 312,60 dólares hoy está sacando una ventaja superior a los 70 dólares por tonelada. En el caso de las opciones de venta, que fijan un piso y brindan la chance de capturar eventuales subas, en ese momento estaba la posibilidad de hacer un put por soja mayo 2019 a 298 dólares, con un costo de prima de 10,5 dólares por tonelada. Hoy, quien hizo esa operación está ganando cerca de 45 dólares por tonelada (vende a los casi US$242 que cuesta hoy la soja mayo y recupera unos US$45 en Matba)", detalló Terré.
Con la imprevisibilidad de la evolución de los precios de los granos como única certeza, el diseño de estrategias comerciales que contemplen metas objetivas y no ideales continúa siendo el único camino para minimizar riesgos, su ejecución o no, así como los beneficios o los perjuicios de las decisiones, dependen de cada productor.