"¿Qué está pasando en el mercado de la soja? ¿La actual volatilidad de precios es consecuencia del mercado climático de EE.UU.?", preguntó un productor de Venado Tuerto a un acopiador local, que hablaba por teléfono con un corredor en Buenos Aires.
"Aparentemente todavía es muy temprano para eso; las subas y bajas responden sobre todo a las operaciones de los fondos comunes de inversión, a las que se le suman los movimientos referidos a las monedas y a las tasas de interés", contestó el recibidor.
Enrique Erize, consultor de Novitas SA, también reconoce la actual incidencia de los fondos y se retrotrae dos años atrás para explicar la evolución de precios de la soja. "El mercado tuvo fundamentos alcistas desde 2002 por el Efecto Argentina. En esa época, la inestabilidad económica del gobierno de Duhalde y la irrupción de los silos bolsa cambió la estacionalidad de la comercialización de la oleaginosa, que se retuvo todo lo posible en los campos a lo largo del año. Por ese efecto la soja subió 40 dólares por tonelada", explicó.
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"En 2003 se agregó el Efecto China, una aspiradora de granos, y la depreciación del dólar respecto del euro y del yen, que le dieron otro impulso a las cotizaciones", añadió. En agosto de 2003 se sumó el fracaso de la cosecha de EE.UU. y, en febrero de 2004, su contrapartida en América del Sur. Así se llegó a precios superiores a los 350 dólares por tonelada en Chicago, que se alcanzaron sólo tres veces antes en la historia del mercado. Ante esa realidad, el gobierno de EE.UU. podría haber interrumpido las exportaciones, pero prefirió no intervenir y dejar que el mercado arreglara el problema. Sin embargo, la corrección que debería hacer el libre juego de la oferta y de la demanda se complica por la entrada y la salida de fondos de inversión.
"La pregunta del millón es cuánto había de especulación cuando se alcanzó el máximo valor de la soja unas semanas atrás. Parece que era bastante, porque en los últimos días hubo mucha liquidación de posiciones tomadas hace un año, con ganancias fenomenales", dijo el analista. No obstante, aclara que los fundamentos del mercado siguen siendo los mismos de hace un mes atrás: bajos stocks en EE.UU. y mala cosecha en América del Sur aseguran precios sostenidos en el corto y mediano plazo, independientemente de los altibajos de esta semana.
Ante la pregunta sobre la evolución futura de precios, Erize no duda en afirmar que en mayo y en junio se enfrentará gran volatilidad por el mercado climático, con posibilidad de volver a los precios de febrero-marzo cuando pase el efecto de la mayor oferta estacional por la cosecha. El único factor bajista que observa en el horizonte sería que EE.UU. compre poroto o harina de soja en América del Sur para facilitar el empalme entre sus cosechas.